En la localidad de Iberia, se ha implementado el primer vivero forestal tecnificado con el objetivo de llevar a cabo la recuperación de 500 hectáreas de bosques
La creación del primer vivero forestal tecnificado en el distrito de Iberia constituirá una medida clave para combatir la deforestación y llevar a cabo la restauración de los bosques afectados en la región de Madre de Dios. Este vivero se centrará en la producción y preparación de plantones forestales, maderables y de arbustos para su posterior traslado al terreno definitivo.
Con la colaboración técnica del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en la ejecución de este proyecto, se ha establecido la ambiciosa meta de sembrar 126,000 plantas de más de 30 especies de árboles nativos para el año 2026.
La iniciativa abarcará especies en estado vulnerable o amenazadas, como la caoba, la castaña y el shihuahuaco. El objetivo es combatir de manera efectiva la deforestación en Madre de Dios y restaurar más de 500 hectáreas de suelos degradados mediante intervenciones de restauración pasivas y directas.
Es importante señalar que Perú, después de Brasil y Bolivia, enfrenta uno de los mayores riesgos de deforestación. Según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, se proyecta que Perú podría perder hasta 857,000 hectáreas para 2025, una cifra que duplica la superficie de la región de Tumbes.
Lee aquí:
COP 28: lanzan plataforma global para apoyar a pueblos indígenas en protección de bosques
La ganadería, junto con la agricultura y la minería ilegales, se encuentra entre las principales causas de la alarmante deforestación. El WWF destaca que las prácticas tradicionales de ganadería, que incluyen el uso de agroquímicos y la quema de pastizales, contribuyen significativamente a este problema.
Con el propósito de cambiar la forma en que se lleva a cabo la ganadería en Madre de Dios y promover la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental, se llevó a cabo la primera campaña de reforestación titulada «Conservando bosques ecológicamente valiosos». Participaron ganaderos interesados en la restauración de sus suelos degradados en predios privados.
Sandro Cardozo, uno de los beneficiarios y propietario de la finca San Martín, compartió que, siguiendo las prácticas de ganadería convencional enseñadas por sus padres, quemaba entre 20 y 40 hectáreas de bosques cada año. Esto resultaba en tierras infértiles, pastos no regenerados y estiércol poco efectivo como fertilizante, dificultando el crecimiento de los arbustos.
Pero mediante los cursos que ofrece WWF, aprendió junto a otros ganaderos a hacer las cosas de otra manera. “Durante mucho tiempo trabajamos degradando nuestras tierras. Estoy abandonando la idea tradicional de hacer ganadería. Estamos aplicando nuevas prácticas que no dañen el ecosistema», expresó Cardozo.
Lee aquí:
Loreto: liberan más de 10,000 crías de taricaya en la Reserva Nacional Pacaya Samiria