Esta cifra de muertes sólo sucedió durante el fin de semana
Entre el viernes y el sábado, Afganistán ha sido devastado por intensas lluvias que provocaron inundaciones catastróficas, resultando en la muerte de más de 100 personas. Las autoridades talibanas informaron que estas inundaciones han arrasado por completo unas 2.000 viviendas y dañado más de 6.000.
En las últimas 48 horas, al menos 65 personas han perdido la vida debido a inundaciones repentinas en la provincia norteña de Faryab, según informó este domingo Shamsudden Mohammedi, director de Información y Cultura de la provincia. Entre los fallecidos se encuentran niños y mujeres, y además se han destruido más de 200 casas, dejando cientos de hectáreas de tierras agrícolas arruinadas.
La provincia de Ghor, en el centro del país, también ha sufrido enormemente. Mawlawi Abdul Hai Zaeem, director de Información y Cultura de Ghor, reportó a EFE que las lluvias torrenciales entre el viernes y el sábado causaron al menos 50 muertes y dejaron decenas de desaparecidos. Las inundaciones en esta región destruyeron completamente 2.000 viviendas y dañaron seriamente más de 6.000.
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El Departamento de Meteorología de Afganistán ha emitido un aviso de que se esperan lluvias intensas el lunes, afectando a trece provincias del norte y centro del país, lo que podría desencadenar nuevas inundaciones repentinas. Esta alerta llega en un momento crítico, ya que las regiones afectadas aún están lidiando con las secuelas de las inundaciones anteriores.
La semana pasada, varias partes de Afganistán fueron golpeadas por inundaciones que causaron la muerte de 352 personas y dejaron a 1.630 heridos, según datos del Ministerio de Refugiados bajo el gobierno talibán. Afganistán es considerado uno de los diez países más vulnerables al cambio climático, enfrentando condiciones climáticas extremas que incluyen inundaciones, sequías y tormentas de arena y polvo.
La vulnerabilidad de Afganistán a los desastres naturales se ve agravada por décadas de conflicto armado que han dejado al país en una situación precaria. La infraestructura débil y la falta de recursos hacen que la respuesta a desastres naturales sea extremadamente desafiante. Ahora bajo el control de los talibanes, el país enfrenta la doble amenaza de la crisis climática y la inestabilidad política.
Las recientes inundaciones en Afganistán son un recordatorio trágico de la fragilidad de un país que lucha contra múltiples crisis simultáneamente. Con más lluvias en el pronóstico y una infraestructura insuficiente para manejar tales desastres, la situación podría empeorar en los próximos días. La comunidad internacional y las organizaciones humanitarias deben prestar atención urgente a la situación en Afganistán, brindando el apoyo necesario para ayudar a las comunidades afectadas y fortalecer las capacidades de respuesta ante emergencias.