Miles de socorristas remueven toneladas de escombros de concreto en busca de sobrevivientes
Miles de socorristas civiles, en Turquía y Siria, escarbaban el lunes entre miles de toneladas de escombros, en busca de sobrevivientes, luego de ser devastados por un terremoto de 7,8 grados, que hasta el cierre de este informe había dejado más de 4,000 muertos, según los gobiernos de los dos países.
El temblor se sintió a las 4.00 horas de la tarde y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
Se registraron unas cincuenta réplicas, entre ellas una de magnitud 7,5 que golpeó la zona nueve horas después, a cuatro kilómetros al sureste de Ekinozu.
Más de 4,000 personas muertas fueron contabilizadas hasta el atardecer del lunes por el devastador terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria, y que se sintió incluso hasta en Groenlandia.
Mayores estragos en Turquía
En Turquía, donde se registró el epicentro, al menos 2.379 personas murieron, anunció en la noche del lunes el vicepresidente turco Fuat Otkay. Añadió que más de 14.483 personas resultaron heridas.
En áreas controladas por el gobierno el balance es de “1.431 heridos y 711 muertos en las provincias de Alepo, Latakia, Hama, Tartus”, indicó el ministerio sirio de Salud.
En Siria
En las partes controladas por los rebeldes sirios opositores al gobierno sirio, en el noroeste, al menos 733 personas murieron y 2.100 resultaron heridas, según el grupo de rescate de los Cascos Blancos.
El balance total de muertos se eleva a al menos 3.800, luego de que Turquía revisó su balance.
“La situación es muy grave, muchas personas siguen todavía bajo los escombros de edificios”, declaró el cirujano Majid Ibrahim, desde el hospital Al Rahma de la ciudad siria de Darkush.
Una vista aérea mostro a los residentes, ayudados por equipos pesados, buscando víctimas y sobrevivientes entre los escombros de los edificios derrumbados en la aldea de Besnia, cerca de la ciudad de Harim, en Siria.
Socorristas en acción
En la provincia turca de Kahramanmaras, los socorristas sacaron con vida a dos niños de entre los escombros. Uno fue recostado en una camilla sobre el suelo nevado. Los rescatistas pedían silencio a la multitud que trataba de ayudar con el fin de escuchar a los sobrevivientes y localizarlos.
En Adana, otra provincia turca, alrededor de 20 personas, algunas de ellas con chaquetas de servicios de emergencia, utilizaron sierras eléctricas para abrir espacio que permitiera a los sobrevivientes salir o que fueran rescatados. Más tarde se sumaron las excavadoras que trabajaban entre los escombros a la luz de grandes lámparas.
Miles de elementos de búsqueda y rescate, bomberos y paramédicos participaban en las labores en 10 provincias turcas, así como unos 3.500 soldados, unos levantando concreto y otros desenterrando cadáveres y sobrevivienes.
Aviones ambulancia de las fuerzas armadas turcas transportaban a los heridos a hospitales de Estambul y Ankara, informó el Ministerio de Defensa.
Cuadros patéticos
En Siria, un hombre cargaba el cuerpo de una niña muerta junto a los escombros de un edificio de dos pisos. Él y una mujer colocaron a la niña en el suelo bajo un cobertor para protegerla de la lluvia, la envolvieron en una frazada y voltearon abrumados a ver el edificio que se había venido abajo.
Un funcionario de la autoridad para el manejo de desastres de Turquía señaló que se ha rescatado a 7.840 personas en 10 provincias. El funcionario, Orhan Tatar, añadió que 5.606 edificios habían colapsado.