Tras un perfecto performance del inglés Matt Fitzpatrick, logra ganar su primer grande en Golf.
Matt Fitzpatrick conquistó su primer enorme como broche a un final trepidante, taquicárdico, en el cual se impuso con un golpe de virtud (-6) a los estadounidenses Scottie Scheffler y Will Zalatoris. Jon Rahm se descabalgó de la traca para ser 12º con +1 y solo 9 jugadores bajaron del par del campo en el acumulado.
El talonario no juega una vez que se mezclan tantas emociones. Fitzpatrick, un golfista con cara de infante y artefacto dental, puede mencionar que en su éxito hubo mucho corazón. Hace 9 años, en 2013, en este mismo campo de Country Club en Brookline (Massachusetts), el inglés consiguió el US Amateur. Entonces se hospedó en la vivienda de una familia, los Fultons, con los que conservó la amistad.
Hasta el punto de que aquel mismo fue su hogar dichos días, la misma habitación a la que regresó este domingo con otro trofeo, siendo además el primer jugador no de Estados Unidos con aquel doblete en el Abierto americano y el exclusivo al costado de Jack Nicklaus en celebrarlo en el mismo campo. Aquel 2013 era su hermano Alex quien hacía de caddie. Esta vez ha sido Billy Foster, un veterano que llevó la bolsa de palos de Seve Ballesteros (para él era además su primer grande) y que acabó besando emocionado la bandera roja del 18.
Ha sido una contienda hermosa. Fitzpatrick domó el aire y el gélido que azotaron Brookline y con birdies en el 5 y en el 8 abandonó claro que no iban a temblarle las extremidades. Zalatoris, su camarada de ronda, había tropezado con bogeys en el 2 y el 3, a medida que unos metros por delante Scheffler había desatado el huracán. Pateaba como los ángeles el número uno de todo el mundo, incontenible con 3 birdies en los 4 primeros hoyos para escalar en un chasquido de dedos. Curiosamente abandonó pasar las situaciones más sencillas, 5 y 8, como el delantero que fracasa unos goles cantados.