La operación realizada por especialistas del Hospital Lima Este-Vitarte duró siete horas. Lograron retirarle los perdigones y realizarle la reconstrucción de la estructura ósea de la cara.
El agricultor Juan Falcón (53) caminaba por el monte, con un tronco de leña sobre sus hombros, a dos horas de la ciudad de Tingo María, en el distrito Rupa Rupa, en la región Huánuco. De pronto se tropezó con una cuerda que accionó el gatillo de un cañón y desde el suelo salió una ráfaga de perdigones que le impactaron 20 en la cara, cabeza y cuello que lo dejaron al borde de la muerte. Había sido víctima de una “trampera” artesanal ilegal.
El padre de familia se desplomó bañado en sangre y perdió el conocimiento. Sus familiares, asustados, lo encontraron y lo condujeron hasta el Hospital de Tingo María donde recibió los primeros auxilios pero como en dicho nosocomio no había la especialidad de Cabeza y Cuello los médicos buscaron una transferencia en diferentes nosocomios y ninguno de los notificados aceptaba la solicitud. Fue el Hospital Lima Este-Vitarte (HLEV), dirigido por el Dr. Víctor Hugo Echeandía Arellano, que tomó el caso y así los especialistas le salvaron la vida. El accidente ocurrió la segunda quincena de enero.
Lee también
PNP descarta uso de armas de fuego durante protestas en La Libertad
Los perdigones le habían causado múltiples fracturas faciales y también en la mandíbula, y lesiones en las partes blandas (labio, lengua, piso de boca y mentón). Los especialistas le realizaron una traqueostomía.
El paciente, tras diversos exámenes, fue sometido a una cirugía que duró siete horas. “Le hicimos una limpieza quirúrgica y la reducción de la fractura con placas y tornillos de titanio. La cirugía consistió en unir los segmentos óseos rotos. Es decir, la reconstrucción de la estructura ósea de la cara”, detalló la cirujana
La especialista precisó que durante la cirugía le extrajeron al paciente 20 perdigones que estaban en la cara, cabeza y cuello pero no pudieron retirar otros que se han alojado en zonas de difícil acceso y en cercanías de vital importancia como vasos sanguíneos, nervios y columna vertebral, sin ocasionar lesión o daño. “La búsqueda y/o extracción de los mismos podría significar poner en riesgo la vida del paciente o dejar secuelas graves y permanentes”, mencionó.
Al agricultor, padre de familia, que ya ha sido dado de alta, aún le esperan otras cirugías para reconstruir las partes blandas. Las intervenciones quirúrgicas en el HLEV fueron cubiertas por el Seguro Integral de Salud.