Situación real sobre el coronavirus es incierta ya que , cualquier predicción sobre la evolución futura de la epidemia, incluso a corto plazo, es aventurada a falta de certezas.
Tras el último anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde la entidad pide al mundo que se prepare para una «potencial pandemia» por el Coronavirus, cientos de medios de comunicación, en el mundo, se han encargado de anunciar lo ya mencionado generando alerta en gran parte de la ciudadanía.
Sin embargo, la información emitida por los medios de comunicación ¿es realmente lo que quiso transmitir la entidad?. Hoy en día se puede precisar que un principal agravante del Coronavirus no es en la forma como se esté expandiendo, sino como realmente los medios de comunicación, en su mayoría, además de los Gobiernos, informan a la población de ello. A diferencia del diario La Razón del Perú, que comunica los hechos tal y como son informando al Perú y al mundo de manera veraz y oportuna.
Es decir, en hechos reales sobre el Coronavirus: 17 de cada 20 personas desarrollan la «gripe» de forma leve y no requiere hospitalización. En tanto 3 de cada 20 tienen una infección de mayor rigor y menos de 1 entre 20 fallecen.
Según la OMS ¿Cuántos casos realmente hay?
Es la gran incógnita, la que más condiciona la fiabilidad de las predicciones. El número de casos confirmados hasta el 12 de febrero es de 44.730, más del 99% de ellos en China, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). China destacó que los 2.015 nuevos casos diagnosticados ayer son la cifra más baja en un día desde el 30 de enero, lo que podría indicar que la epidemia está empezando a remitir en la provincia de Hubei.
Pero esta cifra no refleja el número de casos real, sino únicamente el de pacientes en los que se detecta el coronavirus. Las personas que han contraído el coronavirus pero no han sido diagnosticadas porque tienen síntomas leves, o ningún síntoma, no aparecen en la estadística. Tampoco aparecen las personas que sufren complicaciones graves pero no son diagnosticadas ni hospitalizadas por falta de camas o de tests de diagnóstico. Es el llamado problema del iceberg clínico. Emergen los casos diagnosticados, pero no se ve cuántos permanecen ocultos, por lo que se desconoce la magnitud real de la epidemia.