Los fiscalizadores de la Municipalidad de Lima no se daban abasto en Mesa Redonda para controlar el aforo de 15.000 personas.
La pandemia debido al coronavirus (COVID-19), nos ha puesto prueba no solo como cultura científica, bajo la capacidad de desarrollar una rápida vacuna y nuevos protocolos de bioseguridad, sino también como sociedad. Nos ha dado una mejor noción de cómo nos comportamos como país, frente a otros que sí son “desarrollados”. Muchos han perdido parientes o amigos, lo que podríamos aprender durante y después de esta crisis es a ser empáticos, esperar a que algo nos afecte para tomar consciencia no genera soluciones a cualquier problema.En esta ocasión, Mesa Redonda, uno de los principales conglomerados de la capital, registra gran cantidad de personas que acuden a realizar sus compras por Navidad y Año Nuevo, aunque evidentemente con pocos o casi ningún protocolo para evitar el contagio, tal como se evidenció este domingo 20 de diciembre.
Los fiscalizadores de la Municipalidad de Lima no se daban abasto para controlar el aforo de 15.000 personas, como la comuna lo anunció días antes, y hacer que respeten el distanciamiento social. Se pudo constatar que, no solo circulan peatones por las calles de Mesa Redonda, si no también ambulantes, estibadores que trasladan carritos con mercadería, artistas que hacen sus retratos sobre la pista y hasta conductores de motocicletas
Esta semana, el Minsa había intervenido Mesa Redonda para concientizar al público y comerciantes sobre la importancia de cumplir con las medidas frente a la COVID-19, pero parece insuficiente. Por su parte, la Policía ha anunciado que colocarán rejas y mallas en los accesos del conglomerado para ayudar a los fiscalizadores a controlar el aforo máximo.