La droga, y su difusión, llega diariamente a los colegios pese al cuidado impuesto sin este tener los resultados esperados por las autoridades, padres y la misma policía.
Últimas informaciones recogidas, diversas drogas llegaron hasta “estudiantes vendedores”, que ofrecen la mercadería en el patio y los baños durante el recreo.
La policía ha comprobado que, parientes de los jóvenes, que van desde las abuelas , pasando por padres, tíos y hermanos, son los proveedores de la droga distribuida en los establecimientos educacionales.
Las estadísticas indican que, uno de cada veinte educando tuvo acceso a la droga sin dificultades y lejos de problemas policiales.
Muy difundido en los colegios aparece el clonazepam o benzodiazepina que, en el caso de los jóvenes, solo debe usarse con prescripción médica.
Lo peligroso es la mezcla estimulada, en los colegios, que une alcohol con este producto muy preferido por los muchachos amantes de la droga.
La situación es delicada.
Las clases con “su toque” ya figuran en los horarios.
(*) Periodista