“Hasta hoy estamos pagando el desastre económico de Velasco”, señala.
Por: Pablo Carranza
– ¿Qué legado económico dejó el régimen de Juan Velasco Alvarado?
Hay que mirarlo con perspectiva histórica, evidentemente, en aquel entonces era toda una corriente de gobiernos militares y estatismo, digamos, en América Latina en una transición hacia las democracias. Si lo miramos a nivel de todo el continente. Ahora, de las consecuencias económicas, pues hasta hoy día las estamos pagando. Una de ellas fue la mal llamada reforma agraria, que más que reforma agraria podríamos denominarla una venganza agraria, cuando se señalaba “Campesino, el patrón ya no comerá más de tu pobreza”, es decir, de tu sudor, de la tierra, de lo que tú aportas para el desarrollo. Entonces, se emprendió, yo diría, un sistema como de vendetta, de venganza agraria, y no se llevó a cabo realmente una reforma, dando los medios productivos, las condiciones para generar un desarrollo mayor. ¿Y cuál es el resultado? Años después, décadas después, en el nuevo siglo, nos encontramos con que aquellos agricultores que entraron en una política de minifundios, sin asistencia técnica, sin orientación, hoy día optan la inversa. Por vender sus fondos, y estamos caminando hacia una agricultura diferente. Hacia un sistema agrario distinto.
– ¿Cómo el estatismo que él promovió terminó condicionando mucho al Perú de cara al futuro?
En definitiva. Se hicieron empresas estatales para todo el sector, para todo el conjunto de la economía. Se partió de un diagnóstico equivocado en que el estatismo, o sea en que la economía estando en manos del Estado, iba a generar riqueza, y eso no es cierto. Es lo mismo que el ‘chavismo’. Si vemos hoy día, el ‘chavismo’ es igual. La propuesta en aquel entonces era de que se generaba, digamos, la riqueza por la transferencia de la propiedad privada a la propiedad estatal, al Estado, y eso no fue realidad.
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– ¿Hay algún dictador que le recuerde a Juan Velasco Alvarado?
Yo creo que el último de los mohicanos fue Muamar Al Gadafi, que lamentablemente terminó ejecutado, después de 50 años. Porque Al Gadafi era coetáneo con la época de Velasco Alvarado. Pero lamentablemente, terminó, pues, ejecutado, terminó muy mal. Lo asaltaron en el Palacio, terminó muerto. Yo creo que hay que darle la perspectiva del caso, y creo que es una lección aprendida para hoy en día, una relevancia. Ojalá que entiendan y comprendan que la riqueza se genera por inversión, por producción que uno impone, y no simplemente por la transferencia al Estado. El Estado no genera riqueza, el gasto público se termina, termina el gasto público, y ahí lo que ocurre es inflación y más pobreza y miseria, como sucede hoy día en Venezuela.
– ¿Cómo definiría al régimen de Velasco?
Bueno, terrible para el país, fue un momento en el cual, evidentemente, se salía de toda la época también del Gobierno de Acción Popular. La intervención del Estado, las fuerzas militares, corrupción que hubo de por medio, y todo un rezago ideológico que hasta hoy día se mantiene, porque hoy día en zonas alejadas todavía siguen pensando que el Estado es el que genera riqueza, y que la propiedad privada al ser transferida al sector público va a generar riqueza, lo cual es una falacia. Es una gran mentira.
– ¿Estaría bien calificar al Gobierno de Velasco como comunista o no?
Yo creo que esa es una discusión muy peculiar, muy semántica para la época, porque no hay ningún gobierno realmente comunista en el mundo. Las divisiones de derecha o izquierda hoy día han perdido relevancia, no debemos vivir en el pasado. Ese es un concepto totalmente obsoleto, del siglo pasado. Hoy día vemos que los intereses coinciden cuando lo vemos con Trump, con Bolsonaro y con Cerrón y cuando los congresistas de Perú son invitados a Rusia.
