El científico forense Danny Humpire se pronunció sobre la necropsia de Nilo Burga, presidente de Frigoinca, quien fue hallado sin vida el último miércoles 25 de diciembre en un hotel, en Magdalena.
“No va un suicidio, es más un probable homicidio“, señaló en el doctor experto en criminalística en Willax Noticias.
Humpire reiteró que el caso de Burga se trataría de un asesinato, donde habrían intervenido por lo menos dos personas.
“En la mano izquierda tiene dos cortes. Entonces, ahí es muy probable que se haya podido defender. (…) ¿Si yo me quiero suicidar tengo que llevar dos cuchillos? Bien curioso. O sea, dos cuchillos para poder intentarme suicidar. Segundo, tengo dos tipos de cortes. El corte viene de derecha a izquierda. O sea, quien le ha podido cortar es un zurdo. Hoy me he enterado de que el señor es diestro“, explicó.
El experto pone más inconsistencia a la presunta autolesión. “Tercer punto, el sofá está movido. El escenario está perfecto. Y comienza a gotear la sangre que llega hasta la cama. Pregunto ahora, que un suicida se va caminando, se quita las sandalias, la pone acomodadita las sandalias y luego de mata”, indicó.
La carta redactada por un tercero y firmada por el fallecido levanta más sospechas de que estaríamos frente a un asesinato.
“Es muy sospechoso que uno mande a escribir a otra persona. Entonces, preliminarmente está la investigación. Ya veremos que habrá pasado. Es una carta extensa”, dijo César Euscátegui, abogado de Nilo Burga, en el programa ‘Milagros Leiva, Entrevista’.
En la misma línea se pronunció el congresista no agrupado Carlos Zeballos Madariaga. Señaló que se trataría de «un claro homicidio», por lo que se debe capturar a los responsables.
«Es muy extraña esta muerte, justo por el momento en el que se da. Cuando se inician estas investigaciones del tema Qali Warma y el señor (Burga) tenía mucho que decir… Y lamentablemente lo han victimado. Esto es un homicidio claro. Hay que buscar a los responsables», aseveró en Exitosa y añadió que, al resolver este caso, se entendería la forma en la que operan el crimen organizado que, ante la filtración de información, se opta por asesinar a los involucrados con el afán de que nunca hablen.