Restos mortales recibieron honores de jefe de Estado en Palacio de Gobierno.
El expresidente de la República, Alberto Fujimori fue enterrado ayer ante su familia, miembros de gobierno y miles de simpatizantes del ‘Chino’ que se hicieron presentes en su última morada en el campo santo en Huachipa y que lo acompañaron desde sus exequias en el Museo de la Nación.
Ciudadanos de diversas ciudades del Perú viajaron hacia la capital, incluso madrugaron, para despedirse del expresidente que derrotó al terrorismo, pacificó el país y logró la estabilidad económica, y que fue víctima de una feroz persecución política de rojos y caviares que no le perdonaron el haber derrotado a Sendero Luminoso y el MRTA.
El cuerpo del exjefe de Estado fue recibido en su última morada al ritmo del “Baile del Chino” en medio de tristeza de sus simpatizantes, quienes abarrotaron durante tres días las instalaciones del Museo de la Nación.
Luego de las palabras de un sacerdote, sus hijos y demás familiares, los restos del otrora mandatario fueron inhumados.
ÚLTIMO ADIÓS
El cementerio Campo Fe en Huachipa fue el escenario en donde el féretro del expresidente fue enterrado.
Las palabras de Keiko y Kenji Fujimori, la mirada de sus nietas, quienes siempre dijeron que su abuelo era «su persona favorita» y los aplausos de miles de simpatizantes fujimoristas, fueron el escenario de despedida a uno de los presidentes más queridos de los últimos 30 años.
En el lugar se hicieron presentes más de 5 mil seguidores del exmandatario. El padre a cargo de la ceremonia roció el féretro con agua bendita.
Kyara Villanella, hija mayor de Keiko Fujimori, no pudo contener las lágrimas durante la emotiva despedida de su abuelo, el expresidente Alberto Fujimori, quien falleció el pasado 11 de septiembre. La misa en honor al exmandatario se celebró en un ambiente marcado por el dolor y la nostalgia de familiares, amigos cercanos y seguidores fieles del legado de Fujimori.
HONORES EN PALACIO
Más temprano, en la sede del Ministerio de Cultura, se hizo un responso con el cuerpo de Alberto Fujimori, en donde los hijos del exmandatario Keiko y Kenji dieron emotivos discursos. Luego, fue llevado a Palacio de Gobierno.
Entre un gran número de Húsares de Junín, los restos del exmandatario fueron recibidos en la puerta principal de la casa de Pizarro.
El féretro recorrió la alfombra roja hacia el frente del Palacio de Gobierno, donde fue recibido por Dina Boluarte y los miembros del gabinete ministerial. El ataúd estuvo cubierto por la bandera peruana, siguiendo el protocolo respectivo.
El cuerpo de Alberto Fujimori abandonó Palacio de Gobierno al sonido de 21 camaretazos, saludo protocolar que se realiza disparando piezas de artillería como honor militar.
Entre las lágrimas de Kenyi, Keiko y sus demás consanguíneos, su cuerpo se fue alejando para dejar atrás aquellos recuerdos que creó durante su época en el máximo cargo de la República.
Desde ahí emprendió el camino al cementerio de Campo Fe en Huachipa, acompañado de un gran número de policías motorizados, de más de tres camionetas fúnebres que llevaban sus arreglos florales, así como varios buses que llevaban a invitados y un número considerable de simpatizantes.
EMOTIVO
El hermano de Alberto Fujimori, Santiago Fujimori, rindió un homenaje al exmandatario fallecido durante la misa de cuerpo presente, en Huachipa.
“Hemos vivido una ceremonia intensa en emotividad, realmente, una emotividad que creo nadie esperaba. Por eso, ahora permítanme ensayar, haber si le ponemos un punto, algo de racionalidad y tal vez como último punto, algo jocoso”, dijo.
Luego, relató una experiencia con su hermano, en 1991. El exjefe de Estado le comentó “en una hora me voy a San Marcos, a la ciudad universitaria”, teniendo en cuenta que Sendero Luminoso todavía atormentaba al país y se había infiltrado en la Decana de América. “Yo sé que me van a tirar piedras, pero yo voy a entrar”, dice que le contestó ante sus cuestionamientos.
“Efectivamente, entró y puso orden en la ciudad universitaria. ¿Cómo puede explicarse esta actitud? Analizando cuando vi que efectivamente tenía éxito, pues pensé que él tenía un dominio de auditorio. Su experiencia como maestro hacía que conociera que la mayoría del salón tenía ganas de estudiar y había una minoría que siempre trata de hacer chacota. Utilizó este mismo argumento y dijo En San Marcos la mayoría quiere estudiar, y aplicó este principio”, contó.