Dijo que, al reunirse con soldados heridos y con familias en duelo, “oímos el mismo mensaje una y otra vez: la campaña no debe detenerse prematuramente”
En la ceremonia estatal de conmemoración del 7 de octubre, se emitió un discurso grabado del Primer Ministro Benjamin Netanyahu en el que aseguró que el 7 de octubre “simbolizará para las generaciones el precio de nuestro renacimiento, expresará para las generaciones la grandeza de nuestra determinación y la fuerza de nuestro espíritu”.
Netanyahu dijo que al reunirse con soldados heridos de las FDI y con familias en duelo, “oímos el mismo mensaje una y otra vez: la campaña no debe detenerse prematuramente”.
Según él, “mientras el enemigo amenace nuestra existencia y la paz de nuestro país, seguiremos luchando. Mientras nuestros rehenes estén en Gaza, seguiremos luchando. No renunciaremos a ninguno de ellos. Yo no me rendiré. Mientras nuestros ciudadanos no regresen sanos y salvos a sus hogares, seguiremos luchando”.
El primer ministro sostuvo que “como ha ocurrido una y otra vez en la historia de Israel, es precisamente en los momentos de dificultad cuando surge una gran fuerza interior”.
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“Nos mantuvimos unidos por la defensa de nuestro país, por la defensa de nuestra patria. Hemos movilizado un enorme poder espiritual. Hemos definido los objetivos de la guerra y los estamos alcanzando: derrocar el gobierno de Hamas; traer a todos nuestros rehenes a casa, tanto vivos como muertos, es una misión sagrada que no abandonaremos hasta conseguirla; frustrar cualquier amenaza futura de Gaza a Israel; y devolver a los residentes del sur y del norte sanos y salvos a sus hogares”, enfatizó el mandatario.
En la misma línea, dijo que “para llevar la luz al mundo, un pueblo que se esfuerza por difundir el bien y erradicar el mal”.
Cuando Israel gane, dijo Netanyahu, “no sólo por nuestro bien, sino por el bien de las generaciones futuras y por el bien de toda la humanidad – reconstruiremos las regiones resurgidas a una escala mucho mayor. Aferrándonos a la raíz rebrotará el árbol de la vida”.
“El 7 de octubre simbolizará para las generaciones el precio de nuestro renacimiento, y expresará para las generaciones la magnitud de nuestra determinación y la fuerza de nuestro espíritu”, destacó el primer ministro israelí.
“Juntos seguiremos luchando, y juntos -con la gracia de Dios- venceremos”, concluyó.
El ataque de la organización islamista, el peor en suelo israelí desde la creación de su Estado, dejó a 1.200 muertos y a 251 secuestrados. Doce meses después, siguen quedando en el enclave casi un centenar de rehenes.