Por: Phillip Butters
Resulta claro que Odebrecht y OAS, dos empresas estructuralmente corruptas que vinieron de Brasil a Perú a coimear a presidentes, ministros, viceministros, periodistas, fiscales o jueces, no nos respetaron entonces ni ahora.
Es una vergüenza para el Perú que Odebrecht y OAS nos sigan insultando a vista y paciencia de todos.
Ahora resulta que Odebrecht escoge en qué tirar dedo. Es decir, se cubren las espaldas en Vías Nuevas de Lima, Olmos, el gaseoducto y en cuanto negocio les va a seguir dando frutos en el país, porque nosotros somos los últimos de la fila.
Esta situación ha sido permitida por el gobierno de PPK, con su premier Fernando Zavala, por el fiscal de la nación Pablo Sánchez y por Zoraida Ávalos, que calla en todas sus formas respecto a la barbaridad que han firmado José Vela y Domingo Pérez.
Además tenemos a un procurador como Ramírez Ramírez, que pasó de afirmar que Odebrecht nos debía 5,600 millones de soles, equivalentes a 1500 millones de dólares, a decir ahora que solo nos debe pagar 180 millones de dólares en 15 años.
¿Cuál es la consecuencia? Que estando con un gobierno como el de Vizcarra, con un premier perdido en el espacio como Salvador del Solar y con un ignorante en temas jurídicos en el Ministerio de Justicia, nos ven débiles.
Los de OAS han lanzado un comunicado insultante diciendo que están preocupados por la interpelación a Zeballos y por lo que les puede pasar a sus compañeros de la corrupción de Odebrecht.
Esos señores han sido los financistas de la campaña de Villarán con los doleiros, son los que hicieron la Línea Amarilla, proyecto del que ya vendieron a una empresa francesa. Es decir, ya cajonearon y ganaron billete. Ellos han pagado coima y media en Cusco con Acurio Tito de la mano de Heredia.
Ellos le pagaban a la amiga de Nadine, Rocío Alarcón, 10 mil dólares mensuales, antes de que una fuese primera dama y la otra termine trabajando en el Organismo de Contrataciones del Estado.
Lo que se debió hacer era embargar todos sus bienes y activos y encarcelar a todos sus dirigentes. Asimismo, nombrar administraciones judiciales que capturen sus flujos, que metan presos a sus directivos y que estando enmarrocados tiren dedo a todos. Y posteriormente, con empresas de banca de inversión de nivel internacional, establecer el real valor de sus activos.
Nada de eso se hizo en su momento, por eso ahora pasamos por la vergüenza de ser amenazados por OAS y con una campaña mediática del grupo El Comercio, La República, y RPPK, encabezada por Canal N, diciendo ‘pobrecito Zeballos’ y ‘cómo es posible que le preguntemos cómo es que hemos llegado a esta situación’.
Francamente una vergüenza. La prensa está realizando una labor asquerosa, pero los gobiernos de PPK y de Vizcarra algún día van a tener que asumir su responsabilidad. No solamente por omisión de funciones sino hasta por corrupción.
El Estado peruano no es respetado por estas dos empresas sinvergüenzas que se ríen en nuestra cara.