El popular tenista es accionista de una empresa biotecnológica que busca un tratamiento contra el covid sin vacuna.
El tenista serbio, a pocos días de que fuera deportado de ese país por no cumplir con las normas sanitarias contra la covid para su ingreso, se supo que es propietario junto a su esposa del 80% de las acciones de la biotecnológica danesa QuantBioRes, creada a mediados de 2020 y que busca una cura contra la enfermedad provocada por el coronavirus. De acuerdo a información de registros públicos de Dinamarca, el número uno del tenis mundial posee el 40,8% de las acciones y su esposa, Jelena Ristic el 39,2%.
La empresa está desarrollando un producto que inhibe la infección del coronavirus en las células humanas, le explicó Loncarevic a la agencia Reuters. QuantBioRes planea iniciar ensayos clínicos en Reino Unido el próximo verano boreal.
«Nuestro objetivo es desarrollar una nueva tecnología para combatir virus y bacterias resistentes y decidimos usar la covid como escaparate», afirmó el ejecutivo. Subrayó que el tratamiento en el que están trabajando no tiene nada que ver con vacunas. «Si tenemos éxito con la covid, tendremos éxito con otros virus», agregó. Loncarevic contó al diario danés BT cómo llegó al tenista serbio. «Cuando empecé a trabajar en esto, definí el proyecto, hice un plan de negocios, expliqué quién iba a participar y lo que costaba, e hice un documento oficial que envié a distintas personas que pensé podían estar interesadas», explicó.
El ejecutivo no quiso revelar el monto de la inversión en la compañía.
El tenista de 34 años fue deportado de Australia el domingo luego de que una corte de ese país confirmara la cancelación de su visa.
Djokovic, quien no ha querido vacunarse contra la covid, había recibido una exención médica para ingresar a Australia por parte de dos paneles de salud independientes, uno de Tennis Australia y el otro del gobierno estatal de Victoria.
El deportista alegaba que había dado positivo al test de coronavirus a mediados de diciembre y que había superado la enfermedad. Sin embargo, la Fuerza Fronteriza de Australia detuvo al 20 veces ganador de Grand Slam al ingresar al país el 5 de enero por no cumplir con los requisitos federales de coronavirus y su visa fue revocada, aunque luego un juez le permitió quedarse. Unos días más tarde, el ministro australiano de Inmigración canceló su visa de nuevo en base a «razones sanitarias y de mantenimiento del orden por ser de interés público».
La apelación que presentó el deportista no evitó que fuera deportado.