Se especula posible filtración de información.
El homicidio de Andrea Vidal, excolaboradora del Congreso, ha tomado un rumbo distinto, apunta directamente a su pareja, Rodrigo Falcón. Vidal fue atacada por sicarios el pasado 10 de diciembre mientras viajaba en un taxi por aplicativo, y falleció tras siete días en la UCI.
Las investigaciones revelaron que Rodrigo Falcón habría entregado a Andrea un teléfono con un chip rastreable sin su conocimiento. Según fuentes policiales, este hecho llamó la atención de los agentes, quienes también identificaron comportamientos sospechosos del implicado el día del crimen.
A pesar de conocer la ubicación de Vidal, Falcón realizó llamadas insistentes al padre de la víctima y a una amiga cercana, preguntando por su paradero. Estas acciones, según la División de Investigación de Homicidios, refuerzan la hipótesis de que él podría haber tenido un papel en el ataque.
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La policía también cuestiona cómo los sicarios obtuvieron detalles precisos sobre el vehículo en el que Andrea se encontraba. «Es clave determinar quién proporcionó esta información», señalaron los investigadores. Asimismo, las pesquisas han descubierto la existencia de una tercera persona con la que Vidal habría tenido contacto en días previos al ataque, lo que añade otra línea de indagación.
Por otro lado, las autoridades descartaron la teoría inicial difundida por el Congreso, que sugería que el ataque estaba dirigido al conductor del taxi, el venezolano José Vargas Briceño. Según los agentes, no hay evidencia que lo vincule como objetivo. «Todo apunta a que Andrea era el blanco de los sicarios», aseguraron las fuentes policiales.
Ante estas revelaciones, la Fiscalía ha solicitado el levantamiento del secreto de las comunicaciones de la víctima para analizar mensajes y llamadas que podrían aportar información crucial sobre los responsables del asesinato.
