Conocida como relaciones liquidas y se le atribuye a no relacionarse emocionalmente con otras personas por miedo o por necesidad de la famosa libertad sin ataduras.
En la era moderna, establecer relaciones amorosas duraderas se ha vuelto un desafío creciente. Para los jóvenes y adolescentes de hoy en día, la libertad sin ataduras adquiere una importancia primordial, dando lugar a un fenómeno conocido como «relaciones líquidas». Este término implica la resistencia a desarrollar vínculos emocionales profundos con otras personas, optando por mantenerse emocionalmente desvinculados y evitar compromisos.
El fenómeno en crecimiento
«Las nuevas generaciones prefieren navegar por la vida sin ataduras sentimentales», explica la psicóloga Antonella Galli, de la Clínica Ricardo Palma. Este enfoque minimiza las desilusiones y las dependencias emocionales, promoviendo experiencias placenteras pero fugaces.
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Ventajas y desventajas
Según la especialista, las relaciones líquidas no son inherentemente buenas ni malas, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo en disfrutar del momento sin compromisos formales. Sin embargo, cuando una de las partes aspira a un compromiso más profundo, estas dinámicas pueden volverse altamente tóxicas.
La amenaza de la toxicidad
Para mitigar el riesgo de toxicidad, es crucial establecer desde el principio conversaciones honestas y francas. «En las relaciones líquidas, la falta de cimientos sólidos de confianza y apoyo impide la construcción de un futuro a mediano o largo plazo», advierte Galli. Esta falta de estructura conlleva a rupturas frecuentes sin necesidad de explicaciones, caracterizando así este tipo de relaciones.
Una tendencia en ascenso
Este modelo de relaciones es cada vez más prevalente entre aquellos que buscan evitar vínculos que los limiten. «Es fundamental reflexionar antes de involucrarse en este tipo de dinámicas», enfatiza la especialista.
Romances efímeros
Las relaciones líquidas han ganado popularidad entre los jóvenes menos inclinados a invertir en la construcción de relaciones sólidas y duraderas, reflejando una falta de madurez emocional y un deseo por la gratificación instantánea.
Normativas implícitas
«No existen reglas obligatorias: frecuencia de encuentros, llamadas, ni la necesidad de conocer a amigos o familiares», aclara Galli. Este enfoque se centra exclusivamente en la satisfacción personal sin compromisos adicionales.
Un escudo contra el dolor
Finalmente, Galli señala que las relaciones líquidas ofrecen a los jóvenes una manera de evitar el dolor de una ruptura emocional profunda, prefiriendo la transitoriedad sobre la estabilidad afectiva.
En resumen, las relaciones líquidas representan una respuesta contemporánea al temor al compromiso, ofreciendo libertad y evitando las ataduras emocionales profundas, aunque conllevan riesgos inherentes de falta de estabilidad y toxicidad emocional si no se manejan con cuidado desde el inicio.