IVÁN TORRES LA TORRE
Con el acuerdo firmado entre el Perú y la transnacional Odebrecht, se configuran las benevolencias y facilidades para que lo robado como producto de la corrupción sea devuelto en quince años. Esta es una situación nunca vista, pues es tan igual como que, por ejemplo, unos delincuentes perpetren un robo a un banco privado y negocien imponiendo sus reglas, diciendo al banco que colaborarán dando detalles de quienes pertenecen a la organización criminal, con la condición de devolver lo robado en quince años.
Si el ejemplo anterior suena tan absurdo, imaginemos ahora que este absurdo ocurra a los más altos niveles de un Estado. Es escalofriante ¿verdad?, pues ya no se trata del dinero de una entidad privada, de un club, de una ONG, sino de que lo robado por Odebrecht es dinero que pertenece a todos los peruanos y por tanto ameritaba una pulcritud enorme en las negociaciones, antes de firmar algún acuerdo que cayese en lo absurdo, como efectivamente ha sucedido.
Claro está que la excusa de los defensores del acuerdo firmado es que con éste obtendrán más información por parte de la organización criminal. ¿Acaso para alcanzar este objetivo era necesario otorgar quince años y otras condiciones más para que nos devuelvan lo robado? ¿Acaso no nos damos cuenta de lo que está pasando? Esto es una burla a la razón y a la inteligencia del gran pueblo peruano.
“Fracciona tu robo para que me digas tu verdad” es el mensaje entre líneas que nos transmite este cuestionable acuerdo, donde el Estado Peruano ha negociado con un grupete de corruptos internacionales, quebrados económicamente y desacreditados en todo el mundo. Una negociación así, en este estado de cosas ¿A qué factores externos responde? ¿Por qué se ha firmado este documento? Mejor hubiesen convocado a referéndum. Jajaja.
Esta es otra muestra clara de que se ha perdido el sentido común. Una vez más, la historia del país tiene una negociación sin el criterio de la ponderación de los intereses nacionales. Lo extraño de todo es que, esta vez, los operadores del gobierno no hicieron populismo con el acuerdo, más bien pareciera que quisieron que pase desapercibido y se rasgaron las vestiduras cuando algún medio de comunicación hizo público el texto del entonces pre acuerdo que ya ha sido firmado con la transnacional más corrupta de la historia contemporánea del Perú, haciéndonos recordar a los infames contratos suscritos en la época del guano, al famoso contrato Dreyfus, a la pérdida de la página 11 del contrato con la Occidental Petroleum Company y tantos otros archivos históricos que nadie quiere abrir, pues producen una vergüenza nacional que hoy se ha repetido con la única justificación siguiente: “Te doy quince años de fraccionamiento en tu robo y no te toco más, pero dime qué peruanos se corrompieron contigo para que les caiga todo el peso de la ley, y cómo no, utilizar la información para la persecución política”.
Finalmente, pobres de los contratistas peruanos, pues dudo muchos que a ellos les den quince años para devolver lo que despojaron al erario nacional vía corrupción de funcionarios. Habrá que ver lo que pasa. Hasta la próxima semana.