Ante la notable reducción de casos graves y fallecimientos a nivel global
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el fin de la emergencia internacional por la pandemia COVID-19, que fue declarada hace más de tres años, el 30 de enero del 2020.
«Ayer, el Comité de Emergencia se reunió por decimoquinta vez y me recomendó que declarara el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional. He aceptado ese consejo», indicó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
«Con gran esperanza declaro que el COVID-19 ya no es una emergencia sanitaria de alcance internacional», agregó.
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La decisión, según dijo, fue tomada ante la notable reducción de casos graves y fallecimientos a nivel global por causa de la enfermadad.
“Durante más de un año, la pandemia ha tenido una tendencia a la baja (…) Esta tendencia permitió que la mayoría de los países vuelvan a la vida como la conocíamos antes del COVID-19″, sostuvo Tedros.
Sigue siendo amenaza
Sin embargo, el máximo representante de la OMS señaló que la decisión no significa que la COVID-19 haya dejado de ser una amenaza.
«Eso no significa que COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial (…) Aún hay miles de personas en todo el mundo están luchando por sus vidas en unidades de cuidados intensivos. No dudaré en volver a declarar la emergencia si la situación cambia», subrayó.
Covid nos ha cambiado
«La COVID ha cambiado el mundo y nos ha cambiado (…) Ha sido mucho más que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos económicos, eliminando billones del producto interno bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobreza», resaltó.
Enfermero confiesa haber dado muerte a 20 pacientes con COVID
El enfermero Theodoor V, de 30 años, de los Países Bajos admitió ante sus colegas haber matado al menos a 20 pacientes con coronavirus, sin la autorización de las autoridades del Hospital Wilhelmina Assen, según informaron los fiscales.
Fue detenido hace tres semanas en su domicilio de Veenhuizen tras confesar al personal mientras recibía tratamiento en una clínica de salud mental. El detenido reconoció que lo hizo en pacientes que, en su opinión, “estaban en fase terminal y sufrían”, sin instrucciones de un médico.