La OTAN subraya que hay que estar listos para mantener el apoyo a Ucrania, las sanciones y aumentar la defensa propia.
Ya ha quedado claro que la guerra en Ucrania no va a ser el blitzkrieg —guerra relámpago— que buscaba el mandatario ruso, Vladímir Putin. El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, ha advertido este miércoles a los ministros de Asuntos Exteriores de las naciones que la incorporan que se debe estar preparados para “una guerra larga” que exigirá esfuerzos en 3 entornos: la ayuda a Ucrania, el mantenimiento prolongado de las sanciones y el fortalecimiento de las defensas propias.
“Tenemos que ser realistas. La guerra puede durar un extenso tiempo, diversos meses, inclusive años. Es el motivo por la cual poseemos además que estar preparados para un largo recorrido, tanto en lo cual concierne al apoyo a Ucrania, como en el mantenimiento de las sanciones y el fortalecimiento de nuestras propias defensas”, ha proclamado Stoltenberg previamente del principio de la junta que los máximos causantes diplomáticos de los 30 miembros de la Unión mantienen este miércoles por la tarde y el jueves.
El fracaso de los rusos en su intento de tomar Kiev y el desamparo, por lo menos por ahora, de este objetivo no acercan la probabilidad de que la guerra acabe rápido. Moscú ha anunciado que va a centrar su ofensiva en mantener el control de todo el territorio del territorio de Donbás y en abrir un corredor en la parte sur, en la costa del océano de Azov, que conecte esta región con la península de Crimea, que se anexionó en 2014. Para que la fuerza armada ucranio logre repeler además este ataque —“una etapa decisiva de la guerra”, en palabras de Stoltenberg—, “los ministros de Exteriores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte van a debatir qué más tienen la posibilidad de hacer. Permanecen decididos a conservar el respaldo a Ucrania, incluyendo armas antitanques, antiaéreas y otros equipamientos”.