La festividad navideña se tiñó de tragedia en la urbanización Tres de Mayo, cuando un asalto armado en el molino «Chávez» terminó con la muerte de dos hombres de una misma familia.
La Navidad, una fecha esperada para el reencuentro y la alegría familiar, se convirtió en un episodio de dolor en La Rinconada, Puno. Un violento asalto perpetrado por cuatro hombres armados dejó como saldo la muerte de Víctor Chahuara, de aproximadamente 60 años, y su hijo, Jhon Franco Chahuara, de 35. Ambos eran originarios del distrito de Crucero, provincia de Carabaya, y ahora son recordados como víctimas de una cruel ola de inseguridad.
El ataque ocurrió a las 10 de la mañana del 25 de diciembre, en el centro de molinos «Chávez», ubicado en el jirón Panamá. Los asaltantes, que se hicieron pasar por trabajadores mineros, irrumpieron en el lugar desatando una balacera. Víctor perdió la vida de manera instantánea, mientras que su hijo, gravemente herido por un disparo en la cabeza, fue trasladado a un centro de salud donde falleció poco después.
Aunque aún se desconoce la cantidad de dinero o bienes robados, las autoridades han iniciado las investigaciones para esclarecer los hechos. Según testigos, la confusión y el temor se apoderaron de la zona, conocida por sus actividades mineras y comerciales, mientras los delincuentes huían del lugar.
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La Policía llegó al molino para iniciar las diligencias preliminares. Se espera el arribo de peritos de criminalística provenientes de Juliaca, así como del fiscal de turno, para proceder con el levantamiento de los cuerpos y recabar más pruebas que permitan identificar a los responsables.
Este trágico suceso pone nuevamente en evidencia los altos niveles de inseguridad en La Rinconada, donde la delincuencia sigue afectando la vida de sus habitantes. En un día que debía ser de celebración, una familia llora la pérdida de dos seres queridos, mientras la comunidad exige justicia y medidas que garanticen mayor protección.
Las autoridades han instado a la población a colaborar con cualquier información que permita dar con el paradero de los asaltantes. Mientras tanto, el duelo y la indignación persisten entre los vecinos, quienes esperan que esta tragedia no quede impune.
