El pontífice destaca la necesidad de fomentar redes solidarias y educativas para abordar los desafíos que enfrenta la juventud.
El papa Francisco expresó su preocupación este sábado por el creciente número de suicidios entre jóvenes, calificándolo como un síntoma de un «malestar inquietante y complejo» en un contexto de profundas transformaciones sociales y culturales. Durante una audiencia en el Vaticano con el Consejo Nacional de la Juventud italiana, el pontífice instó a fortalecer la participación activa de los jóvenes en la sociedad para construir vínculos humanos más sólidos y abiertos.
«El aumento de actos de violencia y autolesiones, incluso hasta el trágico extremo de quitarse la vida, refleja una problemática que no podemos ignorar», subrayó el papa. También denunció que muchos de estos casos no se visibilizan, sino que se silencian, dejando a las familias y comunidades sin herramientas para abordar esta crisis.
Francisco atribuyó esta situación a una «metamorfosis cultural y antropológica» que exige respuestas integrales y colectivas. En este sentido, destacó la importancia de un enfoque educativo que involucre a toda la sociedad para construir lo que llamó una «aldea de educación», donde se promueva una red de relaciones humanas basadas en la solidaridad y la inclusión.
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El pontífice también se refirió a los múltiples retos que enfrentan los jóvenes, como el acceso a un trabajo digno, el fortalecimiento de la familia, el compromiso cívico y el impacto de las nuevas tecnologías. «Es esencial que los jóvenes participen activamente en la construcción de un futuro más justo y humano, tanto a nivel local como global», sostuvo.
Asimismo, Francisco lamentó que muchas personas, especialmente jóvenes, vivan excluidas de la sociedad debido a problemas como la pobreza, la falta de educación o las adicciones. «Además, hay quienes han perdido la capacidad de soñar, y eso es profundamente preocupante. Necesitamos construir redes que permitan soñar juntos y devolver la esperanza a quienes la han perdido», afirmó.
El papa concluyó su discurso animando al Consejo Nacional de la Juventud italiana a ser un faro para las nuevas generaciones, promoviendo valores de inclusión y compromiso comunitario. «La juventud no debe ser solo el futuro, sino también el presente activo en la construcción de una sociedad más humana y solidaria», concluyó.