El mandatario fue acusado de insurrección tras decretar la ley marcial el 3 de diciembre.
El Parlamento de Corea del Sur aprobó este sábado la destitución del presidente Yoon Suk-yeol, quien había declarado la ley marcial a inicios de diciembre. La votación, realizada en la Asamblea Nacional, contó con la participación de los 300 diputados, de los cuales 204 respaldaron la moción, 85 votaron en contra, tres se abstuvieron y ocho votos fueron considerados nulos.
La medida, impulsada por los partidos de oposición, necesitaba al menos 200 votos para ser aprobada. Aunque el proceso es secreto, se estima que al menos 12 diputados del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) apoyaron la destitución, contradiciendo la postura oficial de su formación política.
El primer ministro, Han Duck-soo, asume de manera interina las funciones presidenciales mientras el Tribunal Constitucional evalúa la legalidad de las acciones de Yoon. El organismo tiene hasta 180 días para decidir si el exmandatario violó la Constitución al declarar la ley marcial. De confirmarse la acusación, Yoon se convertiría en el segundo presidente surcoreano destituido en democracia, siguiendo el caso de Park Geun-hye en 2017.
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Fuera del Parlamento, miles de personas celebraron el resultado agitando bastones luminosos, un símbolo característico de las protestas recientes. «Hemos conseguido una victoria histórica para la democracia», declaró Park Chan-dae, portavoz del opositor Partido Democrático, destacando el esfuerzo de quienes se manifestaron frente a la Asamblea Nacional.
Yoon enfrenta investigaciones por presuntos delitos de insurrección, abuso de poder y amotinamiento, acusaciones que también recaen sobre altos funcionarios de su gobierno. El cargo de insurrección, el más grave, podría implicar cadena perpetua o incluso la pena de muerte, aunque esta última permanece en desuso en Corea del Sur desde 1997.
Este episodio marca un momento crítico en la política surcoreana, con ecos de crisis anteriores como la destitución de Roh Moo-hyun en 2004, quien posteriormente fue restituido por el Tribunal Constitucional. El futuro político del país dependerá en gran medida de la decisión final del máximo órgano judicial y de la estabilidad que pueda garantizar el gobierno interino de Han Duck-soo.