Conductores y empresas de transporte acatan una paralización de 48 horas ante los constantes ataques y extorsiones, generando caos en la Panamericana Norte.
Desde la madrugada del lunes, las líneas de transporte público que operan en Lima Norte, incluyendo los conocidos “Anconeros” de la empresa Nueva Estrella, iniciaron un paro de 48 horas en protesta contra las extorsiones y ataques armados que han afectado a conductores y unidades. La medida ha dejado a miles de usuarios varados en diversos puntos de la Panamericana Norte, desde Puente Piedra hasta Ancón, mientras intentan llegar a sus destinos.
En respuesta a la creciente inseguridad, el jefe de la Región Policial Lima, Enrique Felipe Monroy, anunció el despliegue del Grupo Terna, un equipo especializado de la Policía Nacional del Perú (PNP) que trabaja de incógnito, para subir a los buses y garantizar la seguridad en las rutas de transporte público. “El personal de Terna estará presente en los vehículos, tanto en el inicio como en las paradas, para prevenir actos delictivos”, declaró Monroy, acompañado por un contingente del Escuadrón de Emergencia, quienes estarán visiblemente uniformados.
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El paro se dio como consecuencia de un brutal ataque a balazos el pasado 22 de septiembre, donde dos pistoleros dispararon contra un vehículo de la empresa Nueva Estrella, ocasionando la muerte del conductor Jahir Robinson Milder Chuquimia. A raíz de este crimen, y otros incidentes similares, las empresas de transporte decidieron detener sus servicios, exigiendo mayor seguridad.
A lo largo de la Panamericana Norte, el panorama ha sido desolador para los pasajeros. Muchos llevan horas esperando buses que pasan vacíos sin recogerlos, mientras algunos intentan abordar taxis colectivos que, aprovechando la situación, han incrementado sus tarifas. En varias zonas, cobradores y conductores en paro han detenido a los buses que se niegan a sumarse a la medida, obligando a sus colegas a bajar a los pasajeros en medio del trayecto.
El comandante general de la PNP, Víctor Zanabria, reconoció que la extorsión ha generado un clima de miedo entre la población y aseguró que la Policía está trabajando para enfrentar la situación. Sin embargo, la falta de una presencia policial efectiva en varios paraderos clave ha generado críticas entre los ciudadanos que temen por su seguridad y exigen acciones más contundentes de las autoridades.
El caos continúa, mientras se espera que el paro finalice el miércoles.