Centros comerciales cerrados y marchas en las calles marcan el día en la capital. Gremios de transportistas y comerciantes exigen medidas contra la extorsión y el sicariato.
El paro de transportistas convocado para este jueves 10 de octubre paralizó gran parte de la ciudad de Lima y otras regiones del país. Pese a que el Gobierno minimizó la convocatoria, asegurando que solo los sectores informales acatarían la protesta, miles de ciudadanos se vieron afectados por la falta de transporte y el cierre de mercados y establecimientos comerciales. Desde tempranas horas de la mañana, la capital mostró un panorama desolador con calles vacías y poca circulación vehicular.
La manifestación, que reunió a gremios de transportistas, comerciantes y ciudadanos preocupados por la inseguridad, se realizó en diferentes puntos de la ciudad, con un fuerte contingente policial que buscaba evitar desmanes. Sin embargo, en algunos momentos, la tensión se incrementó cuando los manifestantes intentaron llegar hasta el Congreso de la República, siendo reprimidos por la policía con gases lacrimógenos y perdigones.
Extorsión y sicariato, las principales demandas
El motivo central de esta paralización es el creciente número de casos de extorsión y sicariato que afecta al sector transporte. Miguel Palomino Pedraza, representante de la Asociación Nacional de Conductores, denunció que los trabajadores del transporte viven en constante temor debido a las amenazas y ataques que sufren a diario. “Nos están matando uno por uno. Si no nos unimos, seremos víctimas indefensas”, afirmó enérgicamente durante su intervención en el Congreso, donde fue recibido junto a otros líderes gremiales.
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A la protesta de los transportistas se sumaron comerciantes de diferentes mercados, especialmente de Gamarra y el Cercado de Lima, quienes también alzaron su voz contra la inseguridad. Estos gremios demandan acciones concretas del gobierno para frenar la ola de violencia que afecta a sus negocios y trabajadores.
Respuesta del gobierno y situación en las calles
Mientras los manifestantes marchaban, la presidenta Dina Boluarte participaba en un evento oficial sin pronunciarse directamente sobre la paralización. Por su parte, el primer ministro Gustavo Adrianzén aseguró que la situación estaba bajo control y que la mayoría de la ciudad operaba con normalidad, a pesar de las imágenes que mostraban centros comerciales y calles vacías.
Se espera que la medida de fuerza se prolongue en los próximos días si no se logran acuerdos con el Ejecutivo. Los manifestantes exigen acciones inmediatas para enfrentar la delincuencia y la extorsión, que se han vuelto un problema alarmante en varias regiones del país.