Entrevista al secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev
Dentro de varios días EE. UU. celebrará la segunda «Cumbre por la Democracia», al término de la cual, según el Departamento de Estado, Washington acelerará la llamada renovación democrática del mundo. ¿Qué opina usted de este evento?
La «Cumbre por la Democracia» organizada por la administración actual de la Casa Blanca se lleva a cabo en el marco de la carrera presidencial de EE. UU. arrancada. Será una nueva reunión a favor del orden mundial en que Washington quiere desempeñar un papel protagónico para siempre. Y se espera que se les peguen a los adversarios la etiqueta de «Estados no democráticos».
Una vez más, EE. UU se presentará como defensor del Derecho Internacional y declarará sin duda alguna que el mundo debe vivir de acuerdo con sus reglas. Se expresarán desde la tribuna acusaciones deliberadamente falsas de crímenes de guerra y corrupción contra sus opositores geopolíticos, pero, como siempre, harán la vista gorda ante los hechos reales de genocidio y fraudes financieros cometidos con el visto bueno de la Casa Blanca. Se prometerá aplicar esfuerzos para alimentar a los que sufren hambre y liberar de las cárceles a los condenados injustamente. Sin embargo, no se dirá nada de que en las cárceles estadounidenses está una quinta parte de todos los presos en el mundo, inclusive los condenados a varias cadenas perpetuas. Con ardor especial, se defenderán los derechos de las minorías sexuales y se impondrá una «agenda verde» a todo el mundo, agravando la crisis energética en los países satélites.
Lee también:
¿Se abordará el tema de Kiev y el apoyo de la OTAN?
Estoy seguro de que este tema será uno de los principales. De hecho, los países de la OTAN son parte en el conflicto. Convirtieron a Ucrania en un gran campamento militar. Envían armas y municiones a las tropas ucranianas, les proporcionan información de inteligencia, incluso con la ayuda de satélites y un gran número de vehículos aéreos no tripulados. Los instructores y asesores de la OTAN entrenan a los militares ucranianos, y los mercenarios luchan formando parte de los batallones neonazis. Tratando de prolongar esta confrontación militar el mayor tiempo posible, no ocultan su objetivo principal: derrotar a Rusia en el campo de batalla y desintegrarla posteriormente.
A principios de marzo, un bombardero estratégico estadounidense ensayó un hipotético ataque nuclear contra San Petersburgo desde una distancia de 200 kilómetros sobre la isla de Gotland en el mar Báltico, aumentando deliberadamente la tensión. ¿Han perdido el miedo?
Por alguna razón los políticos estadounidenses cautivos de su propia propaganda siguen confiando en que, en caso de un conflicto directo con Rusia, Estados Unidos es capaz de lanzar un ataque preventivo con misiles, después del cual Rusia ya no podrá responder. Esto es una estupidez miope y muy peligrosa.
Olvidando las lecciones de la historia, algunos representantes de Occidente ya están hablando de una revancha que conducirá a una victoria militar sobre Rusia. Podemos responder a esto lo siguiente. Rusia es paciente y no intimida a nadie por su supremacía militar. Pero tiene armas modernas únicas, capaces de destruir a cualquier adversario, inclusive EE. UU, si su existencia se ve amenazada.
¿Occidente apuesta no solo por la derrota militar, sino también por el agotamiento económico de Rusia… ?
Obviamente. Bajo la presión de Washington, muchas empresas occidentales abandonaron el mercado ruso. Sin embargo se equivocaron seriamente esperando el colapso de nuestra economía y un aumento de los sentimientos de protesta.
En la última década, Occidente está implementando la idea de crear un orden tecnológico que prevé que solo Occidente debe prosperar, y el resto del mundo debe estar en la periferia del desarrollo social y económico. Por eso la reacción sopesada de Rusia a la presión de sanciones enfurece a sus líderes. Nuestro país irrita a los líderes de EEUU y Europa con su independencia económica, independencia de las materias primas, pensamiento científico. Los propios países de Occidente dependen completamente de las empresas transnacionales, las cadenas económicas mundiales. Si, por ejemplo, se impusieran sanciones del mismo nivel que contra nuestro país contra Inglaterra o Francia, estos Estados se sumirían rápidamente en un caos.
Al mismo tiempo, Rusia no va a cerrar su economía del mundo. Permanecerá abierta y se integrará con las economías de los países soberanos preocupados por su propia prosperidad, en particular gracias a la cooperación con nosotros.
Occidente observa lo que está sucediendo en la Unión Europea, y hay una sensación persistente de que le espera un futuro muy nebuloso.
El Colapso de la Unión Europea no se hará esperar mucho. Naturalmente, los europeos no soportarán esta superestructura supranacional que no solo no se justifica, sino que también empuja al Viejo Mundo a un conflicto abierto con nuestro país. Estados Unidos está dispuesto a luchar con Rusia no solo hasta el último ucraniano, sino también hasta el último europeo. Incluso durante la Guerra Fría, el Pentágono, ante la menor amenaza por parte de la URSS, estuvo dispuesto a convertir a Europa en un desierto radioactivo. Es poco probable que algo haya cambiado en la mente de los estrategas estadounidenses.
¿Y cómo se combina esto con el hecho de que Estados Unidos y Europa son los aliados principales, en palabras?
La paradoja consiste en que Washington está directamente interesado en la desintegración de la Unión Europea para eliminar a su competidor económico, para evitar que Europa prospere debido a la cooperación con Rusia. Los estadounidenses ya hicieron mucho para que el Viejo Mundo perdiese su estatus de poderoso actor económico. En muchos sentidos, Washington lanzó la campaña con las sanciones antirrusas con estos fines. Estamos observando un cambio radical del modelo económico de la UE basado en una combinación de recursos energéticos baratos de Rusia y tecnologías europeas avanzadas.
No será un golpe menor para Europa la implementación de planes conjuntos con Washington para reducir la dependencia de las materias primas y la tecnológica de Pekín. Además, la situación con inmigrantes en la Unión Europea se encuentra en un callejón sin salida. Muchos inmigrantes no quieren integrarse en la familia europea y crean sus
califatos, obligando a las autoridades locales y a la población a vivir de conformidad con sus leyes. Junto con ellos, los representantes de grupos criminales y militantes van a Europa. Los autores de los sonados atentados terroristas perpetrados en los últimos años en Londres, Bruselas y París fueron los ciudadanos de la UE procedentes de enclaves nacionales que ya existen en Europa. Si recordamos
que Al Qaeda, ISIS (las organizaciones terroristas internacionales prohibidas en la Federación de Rusia) y otras organizaciones terroristas fueron creadas en su tiempo por EEUU y que los instructores de la CIA entrenan a los terroristas en Siria e Irak, es posible que detrás de la preparación de ataques terroristas en Europa
estén estas mismas personas que buscan desestabilizar la situación en
el continente, ante cuyo futuro Estados Unidos hace la vista gorda.
EE. UU. mangonea en Europa, desestimando el hecho de que el papel
principal en el continente lo desempeñó históricamente Rusia. En el siglo XIX – el Imperio ruso, en el siglo XX – la Unión Soviética. Así será en el siglo XXI también.
¿Está seguro EE. UU. de su propia fortaleza? En su opinión, ¿el declive puede amenazar a todos, pero no a ellos?
Estados Unidos obtuvo el estatus de gran potencia con logros económicos provenientes de acciones cínicas para apoderarse de territorios, recursos, explotación de pueblos y ganancias en los problemas militares de otros Estados. Pero al mismo tiempo, sigue siendo una «manta hecha de pedazos» que puede abrirse fácilmente por las costuras. Es posible que, como fue originalmente, se divida en el Norte y el Sur. Y nadie puede excluir que el Sur se mueva hacia México, cuyas tierras los estadounidenses ocuparon en 1848. Y se trata de más de dos millones de kilómetros cuadrados. Por cierto, los líderes latinoamericanos no ocultan que todos ya se dan cuenta de que EEUU desempeña un papel destructivo. La fundación de la base de Guantánamo se considera un robo directo de la soberanía cubana. Y es solo uno de muchos ejemplos de ataques regulares contra la independencia de los países de América Latina. No hay duda de que, tarde o temprano, los países que están al sur de EEUU recuperarán sus territorios robados.
¿Hay muchas contradicciones internas en Estados Unidos. No hay unidad ni siquiera en la élite estadounidense?
Correcto. El antagonismo entre los republicanos y los demócratas solo se está intensificando. Aumentan las controversias entre las diferentes estructuras financieras y las corporaciones transnacionales que solo se preocupan por su capitalización y no por el bienestar de Estados Unidos. Las élites estadounidenses que se creen intocables nunca se han asociado con el pueblo estadounidense.
Tales sus proyectos como BLM, es decir, «la vida de los negros es importante», y la propagación masiva de teorías transgénero están destinados a la degradación espiritual de la población que ya está en estado de apatía. El individualismo y el consumismo cultivados en los estadounidenses jugarán una mala broma a su país. Los ciudadanos comunes y corrientes no moverán un dedo para preservar la integridad de Estados Unidos, entendiendo que no necesitan a sus autoridades. Sin saber lo que están haciendo, las autoridades de Estados Unidos se destruyen a sí mismo paso a paso.
El problema de Estados Unidos consiste en que ha jugado demasiado en juegos geopolíticos, olvidando de sus propios problemas vitales. Mientras que EEUU invente nuevos virus en sus laboratorios biológicos militares para aniquilar a los pueblos de los países indeseables, las ciudades estadounidenses, una vez limpias, se ahogan en barro y basura.
Se observan constantemente fallos en el funcionamiento de la pirámide
financiera estadounidense construida gracias a la prensa de dinero. El modelo de emisión descontrolada con que cualesquiera problemas económicos se inundan con dinero, no puede funcionar siempre. Con una deuda de más de 31,5 billones de dólares, Estados Unidos se dirige hacia la quiebra de forma cada vez más segura. La caída del nivel de confianza en el dólar no respaldado por productos reales, así como en las operaciones especulativas en el mercado de valores conducirá a EEUU a una grave crisis financiera.