El expresidente, desde el penal de Barbadillo, acusa a la mandataria de ser «usurpadora» y denuncia persecución política.
El expresidente Pedro Castillo Terrones cumplió dos años de detención este 7 de diciembre, tras ser destituido en 2022 por su intento de disolver el Congreso y establecer un gobierno de emergencia. Desde el penal de Barbadillo, donde permanece recluido acusado del delito de rebelión, Castillo lanzó duras críticas contra la presidenta Dina Boluarte, calificándola como «traidora» y señalando que su aprobación ciudadana no supera el 3%.
A través de un mensaje en su cuenta oficial de X, Castillo defendió su accionar del 2022, afirmando que el cierre del Congreso que intentó ejecutar respondía al “clamor del pueblo peruano”. Según el exmandatario, su discurso político no contravino la Constitución, sino que representaba la necesidad de reformas profundas, como una nueva Constitución y la reorganización del sistema judicial.
“Son dos años en los que la actual usurpadora sigue perdiendo respaldo popular. Mi gobierno fue víctima de un golpe de Estado ejecutado por la ultraderecha, con el apoyo del Congreso y las Fuerzas Armadas. Lo que hice fue responder al pueblo que exigía el cierre de un Congreso dictatorial y corrupto”, manifestó Castillo en su publicación.
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El exmandatario negó categóricamente haber cometido un golpe de Estado, calificando las acusaciones en su contra como parte de una persecución política. Según Castillo, su juicio por rebelión es una maniobra del Poder Judicial para sentenciarlo sin considerar las leyes y normas constitucionales. “El Poder Judicial actúa por intereses políticos, llevando adelante un juicio que busca condenarme al margen de la justicia”, denunció.
Desde su detención, Castillo ha mantenido su posición como “preso político” y ha utilizado sus redes sociales para cuestionar al gobierno actual. En sus mensajes, insiste en que su gestión fue interrumpida de manera ilegítima y que el país necesita cambios profundos para superar la crisis política y social.
A dos años de su encarcelamiento, el caso de Pedro Castillo sigue generando divisiones en la opinión pública. Mientras algunos lo consideran un líder que intentó luchar contra el sistema, otros lo ven como responsable de una crisis institucional que agravó la inestabilidad del país. Su juicio por rebelión continúa siendo un tema de debate que marcará el futuro político y judicial del Perú.
