Representante advierte ocurrencia de un escenario sin precedentes en la historia
El representante permanente del Perú ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Harold Forsyth, denunció ante el Consejo Permanente el «impacto ambiental y económico» causado por el derrame de petróleo del pasado 15 de enero en una refinería operada por Repsol en Ventanilla.
Forsyth indicó a través del Twitter que el país andino se encuentra «frente a un escenario sin precedentes en su historia» y resaltó que el Gobierno de Pedro Castillo «evalúa una drástica sanción y viene realizando sus mayores esfuerzos por la recuperación de los ecosistemas dañados».
Además, el embajador peruano solicitó a la organización hemisférica que se incluya en la agenda de la próxima sesión ordinaria del Consejo Permanente el abordaje de esta tragedia ambiental ocurrida en el mar peruano.
Hasta la fecha, el petróleo derramado, que según la empresa alcanza los 10.396 barriles, ya se ha esparcido a lo largo de unos 50 kilómetros de costa, desde Ventanilla hasta Chancay.
Ante lo que ha sido calificado como «el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos años», el Gobierno peruano paralizó este lunes las actividades de carga y descarga de barcos petroleros en La Pampilla, una decisión que la petrolera afirmó que espera solucionar con las autoridades «en aras de garantizar el suministro de sus productos».
Riesgos a la vista
En ese sentido, Repsol recordó que La Pampilla abastece el 40 % del mercado peruano de combustibles y que, por eso, hará «los mayores esfuerzos para evitar el riesgo de desabastecimiento de productos esenciales para los ciudadanos peruanos y el desarrollo del país».
La compañía informó que el 35 % del petróleo derramado ya ha sido recuperado en labores de limpieza del mar y de las playas, y que para potenciar estas acciones transportaría a Perú equipos adicionales desde Estados Unidos, Finlandia, Brasil, Colombia y Emiratos Árabes Unidos.