Una vez que las aguas de la política van volviendo a su cauce y que el mundo poco a poco va sumando más personas inmunizadas llega el momento de hacer balance de la situación económica, al menos entre la ciudadanía más preocupada por la economía, ya que las cancillerías de todo el mundo llevan haciendo proyecciones de futuro y planes de contingencia desde el aciago momento en el que tuvieron que encerrar a la población en sus domicilios y paralizar una buena parte de la actividad económica.
Y de entre todas las economías de la región una de las más prometedoras es la de Perú, pero para comprender mejor el porqué del optimismo con respecto a Perú es necesario analizar, al menos brevemente, las previsiones para la economía de América del Sur y qué es el forex, que es ese mercado que relaciona a todas las divisas de la región y del mundo y que tanto tiene que ver con el comercio internacional, la savia que hace prósperas a las naciones.
Un crecimiento del 5,2 por ciento para el 2021 en la región
Y la vuelta a los niveles anteriores a la pandemia para el año 2022, eso es al menos lo que espera el Banco Mundial para Hispanoamérica, en lo que el organismo internacional ve como una oportunidad para acelerar el crecimiento de la región, pero viendo también el peligro de que muchos se queden atrás si la brecha de la desigualdad se amplía demasiado, y no sólo porque los más ricos generan más capital, algo que a priori no tiene porqué ser negativo, sino porque los que ocupan la escala más baja de ingresos pierdan capacidad adquisitiva, algo aún más grave en aquellos países en los que la inflación está desbocada, y esto sí es realmente malo, en el aspecto humano, pero también en lo que respecta a la conflictividad social, algo que puede lastrar el crecimiento de los países que no sepan salir todos a una de la crisis.
Forex, un mercado billonario
Para entender qué es el forex vamos a utilizar la definición del bróker online easyMarkets, el cual describe el mercado de divisas como aquel con un valor de más de $ 5 billones de volumen diario de operaciones, lo cual lo convierte en el mercado más líquido del mundo, que sirve para cambiar unas divisas por otras, algo necesario para comprar productos terminados, materias primas o derechos de copyright en países que no comparten moneda (por ejemplo, esto no es necesario entre los países de la eurozona, que comparten el euro, ni tampoco entre los Estados Unidos y Ecuador, ya que el país latinoamericano se encuentra dolarizado) pero también es un mercado en el cual no pocas personas y entidades invierten para sacar beneficio, ya sea mediante plataformas de trading con apalancamiento (el apalancamiento es arriesgado y puede ser complicado para los novatos), mediante la compraventa de futuros o cobrando una cantidad de comisiones a aquellos que desean o necesitan cambiar unas divisas por otras como es el caso de bancos y exchanges, pero que también ocurre en el caso de que uno viva en Argentina y quiera cambiar pesos por dólares, ya que tanto el gobierno como los cambiadores del mercado negro cobrarán una tasa, llamada dólar solidario en el caso del gobierno y dólar blue en el caso de que sea el mercado oficioso.
Por supuesto el sol peruano también cotiza en este mercado, y en este momento vale un cuarto de dólar, o dicho de otro modo, 25 centavos de dólar.
Perú, la promesa latinoamericana
La previsión es que Perú crezca un 10 por ciento durante el 2021 (lo cual supone crecer prácticamente el doble que la media latinoamericana) y que hasta el año 2024 crezca un 4,5 por ciento anual de media. Como durante el 2020 la economía cayó un 11,12 por ciento las previsiones sugieren que el país va a recuperarse plenamente de la crisis del coronavirus durante el 2022.
Aún así, el todavía ministro Waldo Mendoza ve con preocupación las últimas leyes aprobadas por el Congreso, ya que, aunque Mendoza considera que los programas de gasto público han ayudado a paliar lo peor de la crisis y han cimentado el crecimiento actual, opina que seguir tensionando las cuentas estatales con más gasto público no es viable a largo plazo, aunque el porcentaje de deuda pública con respecto al PIB todavía se encuentre en un manejable 34,8 por ciento.