– ¿La organización de la cumbre del APEC le va a lavar la cara un poco al gobierno de Dina Boluarte?
Creo que puede haber un efecto mínimo en las encuestas, o que tenga algún tipo de influencia positiva, siempre y cuando la presidenta también lo capitalice políticamente de una manera adecuada. Como, por ejemplo, que el gobierno anuncie en cuanto nos va a beneficiar, por ejemplo, la ampliación del Tratado de Libre Comercio que teníamos con China y, por otro lado, los puestos de trabajo del megapuerto de Chancay. Que, de manera efectiva y eficiente, comunique todos los nuevos puestos de trabajo que está generando esta alianza de inversiones entre la presidencia como el ente rector, y estos nuevos acuerdos bilaterales. En efecto, las políticas que ella ha estado realizando y los viajes al extranjero han terminado de tener un efecto, que además geopolíticamente, y eso es algo que ella puede apuntar, como para no solamente revalorar el patriotismo, sino que en la actualidad estamos siendo una especie de país peleado por las dos potencias más poderosas del mundo. Entonces, el estar en ese eje político y central nos pone en valor y la comunicación y la estrategia tiene que ser eficiente y efectiva.
– ¿Por qué cree que las protestas o las huelgas no tuvieron mayor efecto?
Lo que pasa es que es el resultado y es la motivación. La mayoría de peruanos no está de acuerdo con que tú hagas una huelga en medio de un contexto que nada tiene que ver con los reclamos internos del país. Específicamente porque vienen las naciones más importantes del mundo y toda la opinión pública está centrada en relación a qué se logra con este tema y no en apoyar una protesta o una huelga, que precisamente en este momento no es tan popular porque el contexto por el cual el país está peleando puede simplemente cambiar nuestra realidad y nuestra demanda actual como país. Entonces, las personas, la opinión pública en general está mucho más enfocada en lo positivo que ha podido traer la reunión del APEC que en apoyar protestas sociales. Incluso las protestas han sido débiles porque en los propios protestantes saben que esto no es saludable para el país, entonces no ha tenido ni la convocatoria ni la participación ni la misma popularidad, que podría tener en otro contexto. Además, normalmente las protestas sociales tienen un mayor nivel de aceptación cuando la incidencia o la crisis que la generó es de manera consecuente e inmediata. Mientras esta no tenga ya esos efectos o se vea que los problemas de fondo fueron tratados, conversados o resueltos en alguna parte entonces ya no tiene la misma efectividad, que cuando la crisis o producto de la crisis no ha habido ningún tipo de conversación o acuerdo en la mesa.
– ¿Qué nota le pondría a la organización del APEC?
Yo lo califico por el tema de organización y por el tema de logros. Definitivamente, no podríamos comparar a los anteriores APEC porque nunca se ha logrado la inversión o el interés tan importante como ha tenido uno de los dos países más importantes del mundo, en invertir de manera directa. Siempre se han logrado beneficios para el país. Eso está clarísimo. Se han fortalecido alianzas, se han mejorado propuestas que se han visto traducidas en algún tipo de inversión. Pero el tamaño de inversión que ha hecho China hace que hayamos recibido el último APEC de una manera muy diferente. De una manera en donde el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, finalmente no se pierde el hacer algunas propuestas de financiamiento, que son muy lejanas en la cantidad de inversión que ha hecho China, pero que muestra que finalmente tampoco quiere quedarse atrás y que va a tener que tener en consideración a nuestro país como una parte geopolítica y estratégica porque somos de alguna manera, esa puerta trasera en la que está viniendo un país al que Estados Unidos evidentemente no solamente lo considera muy de cerca para poder frenarlo de alguna manera con políticas arancelarias, entre otros, sino que le tiene evidentemente mucho cuidado. Entonces, ese interés que ha generado este APEC a nivel mundial porque todo el mundo ha estado observando, incluso la reunión bilateral entre Biden y Xi Jinping.
– China ya tiene el puerto de Chancay y ahora quiere el de Corío en Arequipa ¿no está en peligro nuestra soberanía?
Siempre y cuando nuestras normas regulatorias no se debiliten y tengan ese papel que el Estado siempre debe tener, que es precisamente el regulatorio fuerte. No en el sentido que al final haga imposible que exista una inversión, sino que tenga el control del Estado en la manera en que el privado se puede exceder o abusar por encima de los intereses del país. En la medida en que nuestros órganos reguladores sean fuertes y haya reglas claras, entonces el país va a tener por un lado que China pudo irse a otro país o buscar otro país para hacer su inversión y lo mismo lo puede hacer Estados Unidos. Entonces, como país sí tenemos que dar el construir el atractivo suficiente como para atraer a la inversión porque el dinero finalmente se va a distribuir entre todos los peruanos y le va a permitir al Estado hacer mejor inversión y en todos los sitios en que el Estado atiende.