La última encuesta nacional de Ipsos revela que tras la muerte del expresidente Alberto Fujimori, su hija Keiko, con 55% de la población, tendría el liderazgo del fujimorismo después de las elecciones del 2026 por encima de su hermano Kenji (22%) y que un 70% de los pobres del Perú reconocen el impacto positivo del exmandatario en la historia.
Asimismo, consultados sobre si consideran que se mantendrá o disminuirá la fuerza electoral de esta corriente política, un 37% opina que no habrá variaciones y 23% cree que aumentará. Es decir, el 59% considera que la fuerza electoral fujimorista se mantendrá o se incrementará. Cabe indicar que un 32% que estima que disminuirá.
De otro lado, al analizar las cifras de Lima y el interior del país, se advierte que la percepción de que el fujimorismo mantendrá su caudal electoral es mucho mayor en la capital (44%) que en provincias (34%).
A once días del deceso de Fujimori, además, hay un 61% que considera que su impacto en la historia política de nuestro país es más positivo que negativo (31%); ello ocurre sobre todo en las regiones norte (69%) y oriente (67%); en el sur, zona dominada electoralmente por la izquierda y que siempre ha manifestado abierto rechazo al fujimorismo, hay más bien una opinión negativa (53%) y algo similar ocurre en el centro con un 42%.
A nivel socio económico, en tanto, es en los sectores A, C y E donde creen que Fujimori ha tenido un impacto positivo con un 70%, 63% y 62%, respectivamente.
Entre los aspectos positivos que se destacan de su gobierno figuran la derrota del terrorismo (56%), la captura del genocida Abimael Guzmán (39%) y la reconstrucción de la economía (33%).
De otro lado, hay un 44% de la población que afirma que la muerte de Fujimori le causó tristeza y pena; la cifra sube a un 50% en la zona rural. Además, un 29% refiere que recibió la noticia con indiferencia y un 12% reconoce haber tenido sentimientos encontrados.
Igualmente, hay un 56% que respalda que se le hayan rendido honores de jefe de Estado a Alberto Fujimori, cuyo féretro, se recuerda, horas antes de ser enterrado, fue trasladado hasta Palacio de Gobierno donde fue recibido por la presidenta Dina Boluarte y los integrantes de su gabinete ministerial. Un 39% expresa su desacuerdo con esta medida.
RECONOCIMIENTO
El pueblo peruano reconoce los aspectos positivos del gobierno de Alberto Fujimori. Entre ellos la lucha contra el terrorismo y las medidas económicas que sacaron al país del caos en el que se encontraba.
El expresidente Alberto Fujimori recibió un país envuelto en el terrorismo y sumergido en una hiperinflación heredada del primer gobierno de Alan García que si bien el 1989, según data del BCR, fue de 2,775 %, en 1990 cuando Fujimori asume el poder, la inflación cerró en 7,649 %
GOLPE A ROJOS
El expresidente del Tribunal Constitucional, Ernesto Álvarez Miranda, consideró que uno de los aspectos importantes a destacar del gobierno del recientemente fallecido Alberto Fujimori es que desmontó “el empobrecedor modelo económico de las izquierdas”.
“Sí, la izquierda lo odia porque desarmó el Estado velasquista con el que convivieron Belaúnde y Alan García (en su primer gobierno). Redujo la actividad empresarial estatal al haberse comprobado su ineficacia y corrupción, dejando sin fuentes de financiamiento a dirigentes extremistas y sindicatos mafiosos”, señaló en una columna publicada en el portal de opinión El Montonero.
“Con el fujimorismo se difundió el concepto de que es la actividad privada la que crea riqueza, no el voluntarismo del Estado, y la evidencia reveló la pérfida naturaleza del empobrecedor modelo económico de las izquierdas”, acotó.
Por ello consideró que “la última venganza de Alberto Fujimori fue morirse pronto, cuando sus odiadores clamaban indignados por la supuesta falsedad de las enfermedades que enfrentaba. También en eso quedaron en evidencia”.
PRIMER GOBIERNO
Álvarez Miranda recordó que Alberto Fujimori, “el ingeniero que lideró la Universidad Nacional Agraria, el que presidió la ANR dando dura batalla por la autonomía universitaria, es el mismo que surgió luego como candidato antisistema contra la racionalidad derechista del mejor Vargas Llosa. Apostó al Senado y terminó en Palacio de Gobierno”.
“Básicamente, su plan de gobierno fue presentarse como el “lado B” del necesario sinceramiento de la economía. El antagonista perfecto apenas pudo leer fichas durante el debate presidencial, pero al ganar la elección, supo desechar al equipo de barbudos economistas marxistas para recorrer el mundo financiero de la mano de Hernando De Soto e instalar en el MEF al sólido grupo de Carlos Rodríguez Pastor, reinsertando al país en la comunidad internacional y salvando nuestra economía de décadas de desastroso populismo izquierdista”, anotó.
AUTONOMÍA
Uno de los aspectos positivos y fundamentales del gobierno de Alberto Fujimori en la década del 90 fue haber garantizado la autonomía de Banco Central de Reserva (BCR), permitiendo así una mayor fortaleza macroeconómica y fiscal para el país.
Durante su presidencia, se promulgó la actual Constitución Política del Perú, que entró en vigor el 29 de diciembre de 1993.
Cabe recordar que la Constitución vigente fue ratificada en el referéndum del 31 de octubre de 1993 y su texto fue aprobado por el Congreso Constituyente Democrático (CCD) que contaba con 80 representantes de diferentes fuerzas políticas.
CONTRATOS LEY
En el artículo 62 de la Constitución de 1993 establece la libertad de contratar y garantiza que las partes puedan pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo del contrato. Además, refiere que los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase.
Ante dicha norma, Castilla sostuvo que es fundamental porque le otorga una protección constitucional a los contratos y a la libertad de contratar. Es así que una ley del Congreso no puede alterar el acuerdo de un contrato firmado entre el Estado y el sector privado.
“Estos principios blindan al país de los excesos de un Gobierno de turno. Si no tuviéramos esa seguridad jurídica que nos da la actual Constitución, la inversión privada ya se hubiera esfumado”, remarcó.