En anterior entrevista en este medio, Antero Flores-Araoz, quien fuera presidente del Congreso así como embajador del Perú ante la OEA, respondió nuestras preguntas respecto a la presencia del Perú en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, los orígenes del Sistema, las funciones de la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos, así como los cuestionamientos al Sistema.
Cuando le preguntamos sus sugerencias para resolver la problemática de dicho Sistema, nos manifestó que había sido convocado por la Comisión de Constitución del Congreso para dar su parecer y que respondería posteriormente a su exposición en el Parlamento.
Como ya se produjo la exposición de Flores-Araoz ante la Comisión de Constitución, es necesario que ahora responda nuestras preguntas, a fin de no dejar a nuestros lectores sin conocer todo el tema.
P.- Además de los cuestionamientos al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, hechos de conocimiento público en anterior entrevista, le preguntamos si hay otros elementos a tomar en cuenta para la decisión de quedarnos o retirarnos del Sistema.
R.- Hay muchos otros elementos, pero hay que recordar dos muy importantes. Uno el considerar que lo dispuesto en la resolución de la Corte, que resuelva una denuncia contra un país determinado, obligue a los demás países a cumplirla. Ello no tiene ninguna lógica fáctica ni jurídica, pues los otros países no fueron parte del proceso y por consiguiente no pudieron ejercer defensa. Por otro lado, siempre la Corte puede cambiar en el futuro de criterio, pues como antes hemos dicho sus sentencias no están esculpidas en piedra.
Adicionalmente las opiniones consultivas del Sistema, se pretende que tengan carácter obligatorio para todos, cuando por su propia denominación “opinión” ella no tiene que ser vinculante. El Sistema está pretendiendo sujetar a los países a lo que llama “control convencional”, es decir que lo que se resuelva en los procesos internos de los países que aceptaron la competencia contenciosa de la Corte, constituye un ratio convencional que no se puede eludir.
Con el criterio antes señalados nadie sabría cuando va a terminar un proceso judicial, pues además de lo que resuelva la judicatura, se podría recurrir al Tribunal Constitucional y luego al Sistema Interamericano, esto es la de nunca acabar.
P.- Siempre se habla de las malas decisiones del Sistema, pero nunca de las buenas. ¿Podría aclararnos ello?
R.: Por supuesto que si. En la sesión de la Comisión de Constitución de hacen pocos días también fueron invitados a dar su opinión a los juristas Ernesto Blume Fortini, José Luis Sardón Enrique Gherzi y José Luis Lecaros. En dicha sesión el doctor Blume reseñó varios casos en que el Sistema si había dado talla, como fue la reposición al Tribunal Constitucional de los magistrados Delia Revoredo Marsano, Manuel Aguirre Roca y Guillermo Rey Terry, entre otras varias sentencias, pero como dice el refrán “una golondrina no hace el verano”, pues frente a algunas resoluciones adecuadas, hay un sinfín aborrecibles.
P.- ¿Qué es lo que Usted cree que debería hacerse para tratar un tema tan importante?
R.- Lo principal, tratarlo con seriedad y reflexivamente y no llevado biliosamente que ello no nos lleva a un buen resultado. Se debe aquilatar lo bueno y malo del Sistema y, ello con absoluta objetividad.
P.- ¿Cuáles cree que son las diferentes alternativas para tratar el tema de la permanencia o retiro del Perú del Sistema?
R.- Hay varias alternativas. La primera de ellas es ignorar el asunto, olvidarse de que hay cuestionamientos al Sistema y simplemente no hacer nada. Está a mi juicio, sería la peor decisión, pues todo seguiría igual, el mal trato y abusos contra los países, entre los cuales se encuentra el Perú. No hacer nada es aceptar las barbaridades a las que nos viene acostumbrando el Sistema. En mi criterio hay que enfrentar al toro frontalmente.
P.-¿Y cuáles son las otras alternativas que se podrían dar?
R.- Otra alternativa sería apartarnos de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero quedándonos dentro del Sistema y del manto cobertor de la Comisión Interamericana, que como es sabido es una especie de Ministerio Público o Fiscalía, que hace las investigaciones y, como filtro, determina lo que irá o no a la competencia de la Corte.
A nuestro juicio esta solución sería incompleta, pues si bien se esquiva decisiones de la Corte, siempre estaríamos bajo los desvaríos de la Comisión, que como hemos advertido, no son pocos, más aún, son frecuentes.
P.- Pero, deben haber más opciones, pues si no las hubiera, no tendríamos solución.
R.- En efecto, hay más posibilidades como por ejemplo la de dar el aviso anticipado de un año, para el retiro del Sistema en su integridad y posteriormente volver al mismo sin aceptar la competencia contenciosa de la Corte, pero haciendo reservas respecto a algunas facultades de la Comisión Interamericana.
Por otro lado tenemos la opción de retirarnos de todo el Sistema, con el riesgo que nuestra población se quedaría sin la protección del Sistema u organismo supranacional.
P.- Explíquenos porque es peligroso el retiro de todo el Sistema.
R.- Muy sencillo, si se repitiesen gobiernos dictatoriales como los sufridos con Manuel A. Odría o Juan Velasco Alvarado, en que se apresaban ciudadanos sin motivación sería, se expulsaban a peruanos del suelo patrio sin proceso alguno, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía simplemente intervenidos y sin poder actuar de acuerdo con la Constitución, cuyo articulado se convierte de la noche a la mañana, en papel mojado en tinta y punto. Ello ya lo hemos vivido y hemos estado a punto de repetirlo el pasado 7 de diciembre con Pedro Castillo, pero felizmente Dios nos vio con ojos de piedad. Por ello es que necesitamos que exista el Sistema para frenar los abusos que se pueden producir en el frente interno.
P.- Pero hasta ahora no nos ha dicho ¿Cuál es su posición?
R.- No soy de los que piensa que quedarnos como está todo el Sistema es solución, como tampoco salirnos de él, por las consideraciones que he señalado en la respuesta anterior.
Lo que yo propongo es que se nombre una comisión nacional, con personas versadas en Derechos Humanos, que tengan buen criterio y sin sesgo político, que hagan un estudio objetivo de la situación, determinen claramente las objeciones al Sistema, incluida la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos y hagan las propuestas necesarias para reformar, de ser el caso, tanto la Convención Americana de Derechos Humanos, los Estatutos y Reglamentos de la Comisión y Corte Interamericana. Ésas propuestas hacerlas de conocimiento de la OEA, haciendo gestiones con otros países, para que se sumen al pedido peruano, pero exponiéndose que de no llegarse a las reformas, nos retiraríamos del Sistema, por lo menos temporalmente.
Una de las cosas más urgentes que reformar es la forma de seleccionar a los comisionados y magistrados, tanto de la Comisión Corte, pues como es sabido muchos tienen sesgo confrontacional con los países y por supuesto con las fuerzas del orden, que tienen la obligación de mantener y resguardar el orden público, así como restablecerlo cuando es necesario.
P.- No será algo ingenuo creer que la OEA es permeable a recomendaciones.
R.- Mi experiencia es que es permeable, tan es así que cuando en el 2007 hicimos diversos planteamientos para hacer reformas, ello se logró, aunque sea parcialmente. Tenemos que seguir en ésa línea que dio buenos resultados.