La otitis se suele presentar con secreción amarillenta, pérdida de la audición (habitualmente temporal), si la inflamación bloquea el conducto.
Mientras mantengan mayor cantidad de tiempo por parte de los niños en piscinas inflables con agua estancada, hay mayor riesgo de contraer otitis. Una infección que ataca a los oídos y resulta muy frecuente durante el verano, adquirida en su mayoría en piscinas, ríos o playas. La otitis es una infección en el oído externo y del canal auditivo, que afecta a este órgano entre la oreja y el tímpano. Con naturalidad es causada por agua que queda retenida en el oído al nadar o bañarse.
“El escozor y la sensación de humedad en el conducto auditivo, acompañado por dolor al tocar la zona o al masticar los alimentos, son los signos más característicos”, explicó la doctora Lorena del Carmen Grande Espino, médico del CAP III Alfredo Piazza. Suele presentar secreción amarillenta, pérdida de la audición (habitualmente temporal), si la inflamación bloquea el conducto. La especialista afirmó que la recomendación básica para los padres es secar detalladamente los oídos de los niños al salir del agua, evitando siempre el uso de hisopos de algodón.
El conducto auditivo es muy delicado y tiene su mecanismo de autolimpieza. A la salida de la piscina, el río o la ducha, inclinar la cabeza para retirar el agua del conducto. Secar y limpiar el conducto con un paño fino o toalla envolviendo en el dedo meñique.