Venezolanos, colombianos y peruanos estaban entre los detenidos
La Policía Nacional del Perú (PNP) intervino un local ‘búnker’ en el distrito de San Martín de Porres (SMP), donde detuvieron a un total de 61 personas, incluyendo hombres y mujeres de nacionalidad venezolana, colombiana y peruana. Se encontraron armas de fuego y municiones durante la operación.
“En esta oportunidad se intervino un búnker y se procedió a detener a 61 personas, de los cuales 56 son extranjeros, 47 son venezolanos y dos de nacionalidad colombiana. En este búnker se han incautado cinco pistolas marca Taurus y una réplica de pistola Glock, drogas como el clorhidrato de cocaína, marihuana y unos grilletes policiales”, comentó el jefe del Estado Mayor PNP, el general Óscar Arriola.
Asimismo, señaló que se hallaron un total de siete motocicletas, entre las cuales se identificó la participación de dos en actividades delictivas previas. Enfatizó que el lugar funcionaba como punto de reunión y organización para diversas actividades criminales, incluyendo el sicariato, robos y la práctica de la trata de personas.
“En estos momentos, la Policía Nacional del Perú va a solicitar e informar al Ministerio Público sobre estas detenciones al juzgado de turno. También, se va a pedir 15 días de detención para profundizar las investigaciones y evitar lo que sucedió en Pachacámac, ya que son los enemigos de la sociedad y hay que actuar con rigor”.
Entre las 61 personas que fueron detenidas, se registró la presencia de 8 mujeres, de las cuales 7 son de nacionalidad venezolana y se encuentran en situación migratoria irregular en el país, mientras que una de ellas es de nacionalidad peruana.
“A las que se encuentran sin documentos, como a los demás detenidos que están en la misma situación, vamos a coordinar con Migraciones para que todo sea rápido y con la experiencia que se tiene, con el compromiso del Ministerio Público y de la Policía Nacional para continuar y dar la debida sanción”, agregó.
En el lugar intervenido por la policía, el primer piso operaba como un restaurante chifa, mientras que en el segundo nivel los delincuentes se alojaban y preparaban sus actividades criminales, además de utilizarlo como almacén para sus armas.
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