Decíamos en el artículo anterior que China es la segunda economía mundial. Ello no se debió al espíritu de Marx, Lenín y otros tantos de la doctrina marxista-leninista. Era necesario utilizar la logística del mercado, en manos privadas. Esto es, no estatal.
Las reformas fueron nombradas, con un eufemismo: (Pongan cuidado) «Socialismo -ya ni siquiera comunismo- con característica China». Todo esto, «craneado» por Deng Xiaoping, quien era un líder inteligente que vislumbraba que China con su Economía Planificada, jamás saldría del nivel de pobreza, si no utilizaba el sistema del *Mercado Libre*.
La Economía China, hasta 1978, fracasó. Dio resultados para sobrevivir, mas no era lo esperado por el liderazgo maoísta.
China se transformó (1978) en una «Economía Socialista de Mercado». Era como haber mandado a la basura, la literatura marxista-leninista utilizada hasta la fecha.
En una primera etapa, descolectivizaron la agricultura por ineficiente para el Estado. La productividad de las cosechas era muy baja, en el esquema «colectivo». Voy a tratar de explicarlo con un ejemplo demasiado simple: Tres agricultores, cada uno en su parcela. Uno después de ser eficiente, recoge su cosecha con muy buen resultado y calidad. El segundo tiene una cosecha mediocre con relación al primero y el tercero, prácticamente la cosecha tiende a ser pésima. A los 3 le recogen su cosecha al mismo precio. No hay primas por calidad, ni por eficiencia. El primero cuestiona, de qué valió esforzarse y cuidar la cosecha. Ello trajo como consecuencia, que el campesinado se desmotivara y la siguiente cosecha era inferior en resultados. Igual acontecía con la producción de leche y en la producción industrial y en otras actividades. Con el tiempo, se perdía el interés en producir artículos de buena calidad y eficiencia.
Ya en los 80, China acogió la inversión extranjera y permitió la creación de empresas tipo «Start Up», de la mano de gente emprendedora. Un verdadero reconocimiento a la iniciativa privada. En los 90, -no hace mucho-, comenzó la privatización de la industria Estatal y se afilió a la OMC, Organización Mundial del Comercio. Los monopolios estatales, como el petróleo, el gas, comunicaciones, energía, continuaron en manos del Estado.
El sector privado se desarrolló, (hay sectores en Shangai, por ejemplo, que recuerdan calles de Venecia, de Beverly Hills, de Paris, etc., con almacenes de marcas lujosas. Hoy más del 70% del PIB (Producto Interno Bruto, se debe al sector privado. No al Gobierno. Cifras del 2010-2020.
Como para que Marx y simpatizantes se revuelquen en sus tumbas. La sociedad China, cambió totalmente. La pobreza se redujo radicalmente.
Agregamos que el Gobierno de Hu-Wen, revocó muchas medidas económicas laxas y volvieron a implantar controles en la Economía.
Hoy en día, China es la Segunda Economía Mundial, gracias a que dejó a un lado el cuento «chino» del marxismo leninismo y «otras hierbas». Se aventuró a la privatización y hoy, gracias a Estados Unidos, Europa y Japón, quienes facilitaron el «know how», más de la mitad de su producción industrial se exporta a todo el orbe, lo cual es ya de todos conocido.
Es un craso error, que los sistemas operen sin controles. No debería permitirse, una libertad voraz de acumular resultados económicos a costa del bolsillo de la población, gracias a sinvergüenzas corruptos que han ocupado los Ministerios de Hacienda o Economía o los Cuerpos Colegiados, permitiendo negociaciones que van en contra del país mismo.
Desde nuestra infancia, tenemos conocimiento y experiencias del «Control». Y no existe actividad del ser humano, que no deba tener controles. Es un suicidio para las economías de los países, que las operaciones económicas privadas, se realicen sin estos mecanismos que permiten un equilibrio, un balance entre la Oferta y la Demanda, entre la Producción y el Consumo.
Se aventuró a la privatización y hoy, gracias a Estados Unidos, Europa y Japón, quienes facilitaron el «know how», más de la mitad de su producción industrial se exporta a todo el orbe, lo cual es ya de todos conocido.
China Comunista se acabó. Existe «de nombre». Pero algunos irresponsables, quieren arrastrar a la población a que sigan votando por un sistema obsoleto, que siempre fue inservible.
(*) Miembro A.I.E.L.C.