Por Amín Chaoudri, Embajador del Reino de Marruecos
Nos centraremos sobre un tema de interés capital y existencial para Marruecos y para todo el pueblo marroquí, se trata de nuestra Causa Nacional, el Sáhara marroquí.
Como no soy académico y me considero un diplomático no común, me permito empezar por la conclusión:
Efectivamente, el diferendo del Sahara es un diferendo regional, y la realpolitik lo demuestra:
El frente Polisario es una marioneta creada, auspiciada, afincada, financiada apoyada política, diplomática, y militarmente por nuestro vecino del este. Yo diría, que el Polisario no existiera sin nuestro vecino y por ende creo que ni hace falta hablar del fantasmita República Árabe Saharaui Democrática; cuyo nombre da gracia:
una República: no reconocida por las instancias internacionales como la ONU;
árabe: mientras que no es reconocida por los Estados de la Liga Árabe, que justamente a principios de mes se celebró la reunión en Argelia y no hubo ni rastro de ellos a pesar de que sus auspiciadores han hecho todo lo posible;
saharaui: en los campamentos viven solamente 20.000 más o menos de saharauis secuestrados y los 400.000 viven en plena libertad y democracia en el Sahara Marroquí;
y lo más gracioso es democrática: donde jamás han realizado ningún proceso electoral y han torturado a todos los que han alzado la voz para que haya una salida a la situación infrahumana en los campamentos.
Por ello voy a intentar hacerles llegar una idea de este diferendo regional.
Recorrido histórico y jurídico de la Cuestión del Sahara marroquí
Para comprender cualquier diferendo internacional es de suma importancia conocer la historia, en este sentido, nuestro primer punto se centrará en un breve recorrido histórico y jurídico de la Cuestión del Sahara marroquí:
De hecho, Marruecos ocupa en la historia de la colonización, como en el proceso de descolonización, un lugar singular que se aleja del recorrido habitual que se aplica a otros países. En 1912, el territorio marroquí se repartía entre varias zonas de ocupación. Teníamos el norte y el sur de Marruecos ocupados por España, el centro por Francia, y la ciudad de Tánger como ciudad internacional. Una colonización traumática y por lo tanto un proceso de independencia también traumático.
Cuarenta y cuatro años después, Marruecos comenzó a recuperar su integridad territorial, gradualmente, a través de acuerdos internacionales negociados con las diversas potencias coloniales.
Conferencia “El Sáhara: un diferendo regional” brindada en la Universidad Ricardo Palma
Así, iniciamos, después de nuestra independencia en 1956, las negociaciones con España, que dieron lugar a la recuperación gradual de algunas partes ubicadas en el sur del Reino, a saber, Tarfaya en 1958, Sidi Ifni en 1969 y la región de Saquiet al Hamra y Oued Eddahab, más conocida con el nombre del Sahara desde 1975, gracias al Acuerdo de Madrid, del cual tomó nota la Asamblea General de NN. UU.
En efecto, fue Marruecos quien desde su ingreso en los años 60 en la ONU reivindica la soberanía de los territorios de Sidi Ifni y el Sáhara Occidental, colonizados todavía por España.
Ha sido Marruecos quien registró en 1963 los dos territorios como no autónomos, ante la negativa de España de abrir negociaciones sobre la soberanía, y sus planes para cambiar el estatus de los territorios, transformándolos en provincias españolas.
En la primera resolución que emite Naciones Unidas sobre el caso (Resolución 2072 del 16/12/1965) la Asamblea General de Naciones Unidas pide a España abrir negociaciones con Marruecos sobre la soberanía de Sidi Ifni y el Sáhara Occidental. La importancia de esta resolución es que asocia el destino de los dos territorios en términos de integridad territorial. Por medio de negociaciones políticas culminadas con el acuerdo de Fez, España cede a Marruecos Sidi Ifni en 1969.
Finalmente, y tras el aviso consultivo del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de la Haya al que recurrió Marruecos en 1974, que reconoce los derechos históricos, jurídicos y políticos de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, se inician con España negociaciones políticas que culminaron con el acuerdo de Madrid en noviembre de 1975 por el que se recupera el Sáhara. Este acuerdo ha sido igualmente depositado ante la secretaría general de Naciones Unidas como documento internacional y acogido por la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 3458/B del 11/12/1975.
Por consideraciones geopolíticas relacionadas con el contexto de la guerra fría, Argelia, nuestro vecino del este, se opuso a la finalización de la integridad territorial de Marruecos y emprendió una política deliberada de socavar sistemáticamente los derechos legítimos de Marruecos. Desde entonces, ha surgido el diferendo regional sobre el Sahara marroquí.
En primer lugar, permítanme señalarles que, a diferencia de lo que proclaman los propagandistas contra nuestra integridad nacional, la cuestión del Sáhara marroquí está en la agenda del Consejo de Seguridad en virtud del Capítulo VI de la Carta de la ONU, sobre la solución pacífica de controversias, como una “disputa regional” y no como una “cuestión de descolonización”.
Marruecos participó lealmente en la implementación del Plan de Arreglo de 1991 propuesto por las Naciones Unidas para resolver el diferendo regional sobre el Sahara. Sin embargo, la naturaleza compleja y delicada del proceso de identificación, la voluntad deliberada de las otras partes de excluir de este proceso componentes importantes de las tribus saharauis, así como las diferencias fundamentales que caracterizaron las posiciones de las partes sobre aspectos importantes del Plan, han llevado al secretario general y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a concluir que el Plan de Arreglo es inaplicable.
Planes anteriores fueron enterrados
El fracaso de este plan de arreglo, basado en un proceso de identificación que llevaría a la organización de un referéndum, allanó el camino para nuevas propuestas, esta vez desde una perspectiva política, en vez del enfoque legal o de un referéndum. Se trata del Plan Baker I (Acuerdo-Marco) presentado en junio de 2001, aceptado por Marruecos y rechazado por Argelia y el “Polisario”, y el Plan Baker II (Plan de Paz) en julio de 2003, cuya implementación estuvo condicionada por la aceptación de todas las partes.
Debido a las diferencias fundamentales entre las partes respecto a ambos planes, el Consejo de Seguridad, mediante la resolución 1541 del 29 de abril de 2004, aclaró definitivamente el método seguido por la comunidad internacional para la solución de la cuestión del Sahara, afirmando que solo puede ser una solución política negociada y mutuamente aceptable.
De esta manera, las Naciones Unidas han enterrado definitivamente los diversos planes anteriores y han pedido a las partes que pongan fin al estancamiento y avancen hacia una solución política negociada y mutuamente aceptable.
En respuesta a los llamamientos del Consejo de Seguridad a las partes para que pusieran fin a dicho estancamiento político que había persistido desde 2004, Marruecos presentó, el 11 de abril de 2007, al secretario general de las Naciones Unidas la «Iniciativa Marroquí para la Negociación de un Estatuto de Autonomía de la Región del Sahara» en el marco de la integridad territorial del Reino y de su unidad nacional.
A través de esta propuesta de Autonomía para la región del Sahara, que no es una propuesta maximalista, Marruecos garantiza a todos los saharauis, estén en el exterior o en el interior, el lugar y el papel que completamente les corresponde, sin discriminación ni exclusión alguna, en las instancias e instituciones de la región.
De este modo, las poblaciones del Sahara administrarán por sí mismas y de manera democrática sus asuntos, a través de los órganos legislativo, ejecutivo y judicial, dotados de competencias exclusivas.
Y es en virtud de esta propuesta marroquí que las poblaciones gozarán de los recursos financieros necesarios para el desarrollo de su región en todos los campos, y participarán, al mismo tiempo, activamente en la vida política, económica, social y cultural de todo el país.
Desde su presentación a las Naciones Unidas, la iniciativa marroquí ha sido apoyada y bien acogida por la mayoría de los países. Gracias a esta iniciativa, el Consejo de Seguridad ha puesto en marcha una dinámica que la calificó de «seria y creíble» donde está plasmada en todas las resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2007.
La Iniciativa Marroquí de Autonomía
Construida sobre la base de la avenencia, la propuesta marroquí está apegada a la legalidad internacional, a la Carta de las Naciones Unidas y a las resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad, así como al derecho a la libre determinación. De hecho, el estatuto de autonomía de la región del Sahara “será objeto de negociaciones y se someterá a una libre consulta mediante referéndum de las poblaciones concernidas”, conforme al Artículo 27 de la Iniciativa Marroquí de Autonomía.
Por otra parte, el Estado conservará sus competencias en los dominios de regalía particularmente en lo relativo a la defensa, a las relaciones exteriores y a las atribuciones constitucionales y religiosas de Su Majestad el Rey.
Esta iniciativa, inspirada en un espíritu de apertura, se propone crear las condiciones de un proceso de diálogo y de negociación que desemboque en una solución política mutuamente aceptable, es portadora de la promesa de un futuro mejor para las poblaciones de la región, y pone fin a la separación y al exilio, y favorece la reconciliación.
La iniciativa marroquí de autonomía ofrece una solución realista, pragmática, de avenencia y que garantiza una solución duradera del diferendo. También está en perfecta armonía con el principio de autodeterminación, como se destaca en las resoluciones de la ONU sobre la cuestión del Sahara marroquí.
Entonces la Iniciativa Marroquí de Autonomía para el Sahara encaja perfectamente con los parámetros definidos por el Consejo de Seguridad:
Realista, porque responde a la realidad de la situación socioeconómica y política del Sahara marroquí;
Pragmática, por su inclusividad y la apropiación de las poblaciones del Sahara marroquí de sus diferentes componentes políticos, tribales, generacionales, profesionales y de género;
Duradera al integrar la solución de este diferendo regional en una perspectiva global de los tiempos que vivimos, basada en la paz, la estabilidad y la economía de toda la región del Magreb;
De avenencia, porque es la encarnación del compromiso que Marruecos ha elegido para alcanzar una solución a este diferendo, al hacer evolucionar sus posiciones iniciales al comienzo del diferendo regional. Esta actitud responsable de Marruecos difiere de otras partes, cuyas posiciones maximalistas e inalcanzables permanecen congeladas durante más de cuatro décadas.
Por otra parte, la última Resolución 2654 adoptada por el Consejo de Seguridad, el 27 de octubre del 2022, consagró de forma irreversible, a instancias de las resoluciones del Consejo adoptadas después de 2007, la importancia, la credibilidad y la seriedad de la iniciativa de autonomía marroquí, en tanto que única solución al diferendo regional en el marco de la soberanía e integridad de Marruecos.
Consideraciones importantes
Desde su presentación en 2007 todas las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el diferendo del Sahara reafirmaron los parámetros de una solución política, especificados en términos operativos, los cuales son:
1. La negociación como la única forma de lograr una solución política realista, viable y duradera basada en la avenencia;
2. El realismo y el espíritu de la avenencia como elementos fundamentales para avanzar en la negociación;
3. El imperativo de involucrar a los Estados vecinos, particularmente Argelia, de manera constructiva, en el proceso político;
4. La dimensión regional del diferendo, en relación con la estabilidad y la seguridad del norte de África y de la región del Sahel;
5. El llamamiento del Consejo de Seguridad a Argelia para que proceda al censo de la población de los campamentos de Tinduf en Argelia, en conformidad con sus obligaciones humanitarias internacionales.
Y siguiendo los pasos del Consejo de Seguridad, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado, desde 2007, resoluciones sobre la cuestión del Sahara marroquí, como parte de su apoyo al proceso político, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con miras a alcanzar una solución negociada, duradera y mutuamente aceptable.
En la última resolución 2654 el Consejo de Seguridad ha sellado y reiterado la condición de nuestro vecino del este como principal actor en la disputa regional sobre el Sáhara marroquí, al ordenarle que coopere y se comprometa con el secretario general de las Naciones Unidas, en el marco del proceso político, las mesas de diálogo, el espíritu de compromiso, y el realismo, y hasta la culminación del proceso. Hasta hace unos años, Argelia era considerada como “observador”, pero eso no se coincide con la realidad, por lo que el Consejo decidió incluirla como actor.
La última Resolución 2654 reafirma la posición constante del Consejo de Seguridad y de toda la comunidad internacional de que la solución a esta disputa regional debe ser políticamente realista, pragmática, duradera y basada en el compromiso, sin precondiciones.
La posición del Consejo de Seguridad, es directa, no carece de ambigüedad, se une al informe del secretario general de la ONU, que pide que la solución de este tema se base en las resoluciones del Consejo de Seguridad posteriores al 2018.
Además, esta nueva resolución se caracteriza por cuatro nuevas disposiciones que el Consejo de Seguridad considera de fundamental importancia para el proceso político:
1- El Consejo pidió a Argelia, desde que se inició en este conflicto, que desarrolle y exponga su posición sobre la cuestión del Sáhara, para avanzar hacia la solución de este diferendo, precisando que esta búsqueda se suma al llamamiento del secretario general de la ONU a cuatro partes -incluida Argelia- en su último informe al Consejo de Seguridad, su solicitud de hacer planes de flexibilidad y realismo y abstenerse de todas las condiciones previas al juicio.
2- El Consejo insta al grupo separatista armado del Polisario a poner fin a sus obstáculos a la libertad de circulación de la MINURSO en su zona de vigilancia y poner fin a sus obstáculos al movimiento de convoyes de reabastecimiento de sus observadores. Estos actos irresponsables suscitaron las más profundas preocupaciones de los miembros del Consejo de Seguridad ante esta situación.
3- El Consejo solicitó a las organizaciones humanitarias internacionales que garanticen que la entrega de asistencia alimentaria, a las poblaciones secuestradas de los campamentos de Tinduf, se realice de acuerdo con las buenas prácticas de las Naciones Unidas, puesto que el órgano ejecutivo de Naciones Unidas consideró importante insistir en este requisito para que cesara el desvío de ayuda humanitaria por parte del Polisario y de la Media Luna Roja Argelina. Hay que recordar que este desvío ha sido confirmado en varios informes del Alto Comisionado para los Refugiados, la oficina Antifraude de la Unión Europea, así como por muchas ONG humanitarias.
4- En cuanto a la cuarta nueva disposición de la resolución 2654, el Consejo refuerza su pedido de que se realicen todas sus energías para proceder al censo de las poblaciones de los campamentos de Tinduf. Este insistente pedido refleja la exasperación de los Consejo de Seguridad en relación con la negativa del país de acogida, Argelia, a permitir que el Alto Comisionado para los Refugiados procediera al registro de estas poblaciones, procedimiento estancado por más de un cuarto de siglo.
Es importante destacar, del mismo modo, que el Consejo de Seguridad ha felicitado, en su nueva resolución, a Marruecos por sus esfuerzos y logros en la protección y promoción de los derechos humanos en sus provincias saharianas.
El Consejo de Seguridad confirmó que la autonomía es la única iniciativa seria y creíble capaz de poner fin a este conflicto regional, en el marco de la soberanía y la integridad territorial de Marruecos.
En este contexto, el Consejo de Seguridad acaba de confirmar, sabiamente, el apoyo masivo de la comunidad internacional a favor de la iniciativa de autonomía marroquí, señalando que este apoyo se ha traducido en la expresión de apoyo claro y oficial de más de 90 países a dicha iniciativa, confirmando así la marroquinidad del Sáhara.
Otro punto que me gustaría aclarar es el tema de la Representatividad:
Cabe señalar que los ciudadanos del Sáhara marroquí participan regularmente en la vida política, económica y sociocultural de la región. El Reino de Marruecos celebró el 8 de septiembre de 2021 elecciones generales (legislativas, comunales y regionales) en un contexto particular y excepcional marcado fundamentalmente por los desafíos relacionados con la crisis sanitaria del Covid-19, y en el que alrededor del 75% de los saharauis en las provincias del sur de Marruecos han votado para elegir a sus alcaldes y representantes en la cámara legislativa con sede en Rabat.
De hecho, la participación en la región del Sahara registró cifras sin precedentes con un 58,30 % para la región de Dakhla Oued Eddahab, un 63,76 % para Guelmim Oued Noun y un 66,94 % para Lâayoune Sakia ElHamra. Esto ilustra una fuerte señal del apego inquebrantable de los habitantes del Sahara a su país y su participación efectiva en el trabajo de construcción de sus instituciones.
Varios observadores internacionales, presenciando los comicios, a petición de las autoridades marroquíes, subrayaron que los operativos electorales se desarrollaron en perfectas condiciones, destacando la alta participación electoral registrada en las provincias del sur, y saludaron «con gran satisfacción» el esfuerzo realizado por Marruecos para mejorar la participación de las mujeres saharauis en la vida política. Así lo señaló también el secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, en su último informe al Consejo de Seguridad (S/2022/733), párr. 10.
Estas elecciones reflejaron el deseo de afirmar el apego del pueblo marroquí a los más altos estándares de democracia y un referéndum real que refleja las aspiraciones de las poblaciones de las provincias del sur de Marruecos y les permite gestionar eficazmente los asuntos del Sáhara marroquí.
Las Naciones Unidas reconocen a los electos del Sáhara marroquí, resultantes de elecciones democráticas, tal y como atestiguan los observadores nacionales e internacionales, como interlocutores legítimos y representantes de la población saharaui, a través de su participación en el Comité del C24 y sus seminarios regionales, así como en las mesas redondas de Ginebra.
Es necesario aclarar que el Polisario no tiene ni la calidad ni la capacidad para representar a los saharauis marroquíes, ya que estos últimos participan en las elecciones locales y legislativas y eligieron democráticamente a sus representantes en las colectividades territoriales y en el Parlamento marroquí. Los representantes electos del Sáhara marroquí son entonces los únicos representantes legítimos de las poblaciones saharauis ya que gozan de la legitimidad democrática. Como ejemplo: los presidentes de las dos regiones del sur son exmiembros del frente Polisario
El Polisario carece de toda representatividad legítima, ya que no es reconocido ni siquiera por la Unión Africana, porque no puede haber un movimiento de Liberación Nacional y a la vez una república autoproclamada.
El Polisario es una organización de mercenarios que usa la represión en los campos de Tinduf, como única herramienta de continuar existiendo, y no tiene representatividad legítima.
De hecho, esta presunta entidad no está reconocida por ninguna de las grandes potencias democráticas a nivel internacional y el 84 % de los Estados miembros de la ONU no reconocen la autoproclamada república ficticia. No está reconocida ni por la ONU, ni ningún país miembro permanente del Consejo de Seguridad, ni la UE, ni las potencias de Latinoamérica, ni las de África ni en Asia; De hecho, ninguna resolución de Naciones Unidas, sobre la cuestión, lo menciona como representante único y legítimo del pueblo saharaui.
Cómo todos saben, el papel de Naciones Unidas como facilitador, le obliga a hablar con todas las partes sin que ello implique reconocimiento, así fueron en el caso de las FARC en Colombia, o de la República Turca de Chipre.
Amenazas terroristas, la proliferación de grupos extremistas y separatistas:
A diferencia de los saharauis que viven en las provincias del sur del Sahara en Marruecos, la población retenida en los campos de Tinduf, en el suelo argelino, no tiene derecho a ninguna vida democrática que pudiera dar lugar a cualquier tipo de representatividad, ya que se trata de campos de secuestrados controlados por los servicios de seguridad de Argelia.
Los campamentos de Tinduf se encuentran en suelo argelino, pero están bajo la dirección de un grupo separatista armado sin estatus según el derecho internacional, en flagrante incumplimiento de las obligaciones internacionales de Argelia de proteger a quienes viven dentro de sus fronteras.
Peor aún, en Tinduf, viven igualmente argelinos, mauritanos, malienses, nigerianos y muchos miembros activos de redes de terrorismo internacional, comprobado por diversos informes de instituciones especializadas.
Esta es la razón principal por la que, en el norte de África, están plagados una plétora de desafíos de seguridad, como la proliferación de grupos extremistas y separatistas, un número desconocido de personas desplazadas, un creciente tráfico de narcóticos, armas y otros contrabandos ilícitos.
La inestabilidad y provocación que causa que está causando Irán a través de los también terroristas del Hezbollah ofreciendo al Polisario drones militares iraníes, es un nuevo revés a la paz y a la estabilidad en la región. Eso significa una amenaza real sobre la zona en general y sobre mi país en particular.
El creciente nexo entre terrorismo y separatismo está amenazando los esfuerzos por el desarrollo del continente, de manera que la colusión contra la soberanía y la estabilidad de los Estados alimenta la alianza entre terroristas y separatistas, que son financiados por conocidos Estados desestabilizadores, amenazando la paz y la seguridad regionales.
La demostración clara y evidente de las advertencias de Marruecos que terrorismo y el separatismo son dos caras de la misma moneda es la injerencia militar, ideológica, política y espiritual de Irán y su grupo terrorista de Hezbollah en los campamentos de Tinduf.
En ese sentido, Marruecos, ha llamado la atención, en varias ocasiones, a la comunidad internacional sobre el peligro de dejar a esos grupos separatistas vinculados de manera directa con el terrorismo y el tráfico de drogas y de armas un espacio sin control que amenace la paz y la estabilidad regional.
Por ello, hemos luchado y seguiremos luchando de manera frontal contra la lacra del terrorismo y el separatismo, así como contra cualquier elemento desestabilizador que ponga en peligro nuestra integridad territorial, nuestra soberanía, nuestra paz y nuestra prosperidad.
Sin embargo, ante la creciente preocupación por las amenazas a la seguridad a las que se enfrentan el Norte de África y las regiones Sahelo-saharianas debido a la intervención de actores extrarregionales y su colusión con los movimientos separatistas, y para garantizar el desarrollo de la región, Marruecos está decidido a contrarrestar estas amenazas mediante el fortalecimiento de sus alianzas y el compromiso multilateral para defender su integridad territorial y garantizar la seguridad de sus fronteras, recuperadas por los marroquíes que han luchado duramente por ella.
Violaciones más atroces de los Derechos Humanos
El Polisario carece entonces de cualquier legitimidad para hablar en nombre de la población saharaui, nunca ha habido un proceso democrático que avale sus pretensiones sino más bien una férrea organización mercenaria y dictatorial y cada vez más vinculada con el terrorismo.
Lamentablemente, las únicas víctimas del diferendo del Sahara son las mujeres, niños y hombres, que viven en los campamentos de Tinduf, secuestrados sin libertad en unas condiciones infrahumanas.
Su situación es atípica con respecto al derecho humanitario, ya que carecen del estatus jurídico de refugiados al negarse la autoridad soberana de los campamentos a acatar las resoluciones de los últimos años, para permitir a la ONU llevar a cabo un censo de la población y poner a la población, bajo la autoridad del ACNUR.
Cabe resaltar que estos campamentos han sido testigos, durante los últimos años, de una campaña de represión sin precedentes, marcada por el uso excesivo de la fuerza, las desapariciones forzadas, los arrestos y la tortura.
Los saharauis que viven ahí han aguantado durante más de cuatro décadas el exilio, el aislamiento y la pobreza extrema. Viven bajo la autoridad de una estructura represiva cuyos líderes tienen interés en hacer perdurar el diferendo artificial sobre el Sahara marroquí para enriquecerse ilegalmente de la ayuda internacional revendida fraudulentamente en el mercado negro de la zona subsahariana.
Con la complicidad activa del régimen autóctono, el Polisario, comete cada vez más las violaciones más atroces de los Derechos Humanos. Desde restricciones a la libertad de expresión hasta la restricción de la circulación y desplazamiento en los campos de Tinduf, donde muchos saharauis llamados engañosamente «refugiados» pero en realidad son secuestrados, están viviendo en condiciones inhumanas privados de los mínimos derechos fundamentales y básicos.
Varias ONGs como Human Rights Watch o Amnistía Internacional han relatado en sus informes la existencia de casos creíbles de esclavitud, tortura, restricciones a la libertad de expresión y al derecho de trasladarse libremente. Durante los últimos años salió a la luz casos de cientos de mujeres dadas en adopción a familias españolas quienes, al visitar los mencionados campamentos fueron secuestradas, maltratadas y retenidas en contra de su voluntad.
Además, las resoluciones de las Naciones Unidas insisten de manera continua en la obligatoriedad del censo de los campamentos de Tinduf para reducir el fraude y los abusos contra los derechos humanos, pero el frente Polisario siguen negando la entrada del ACNUR.
Dicho esto, la responsabilidad de Argelia, el único mentor y cómplice del Polisario queda confirmada y a la vista de toda la comunidad internacional.
Argelia ha delegado la autoridad a los separatistas del Polisario sobre parte de su territorio en total violación de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo de 1967, así como de todas las conclusiones del Comité Ejecutivo del Alto Comisionado para los Refugiados.
Violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos
En el marco del derecho internacional humanitario, esta situación es excepcional, puesto que permite a la milicia separatistas, cometer violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos en los campos de Tinduf para sofocar cualquier desafío a su legitimidad. Por lo tanto, la detención arbitraria, los secuestros y la tortura son prácticas diarias para la población civil.
En 2018, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas expresó “su preocupación por la devolución de facto de los poderes de Argelia, especialmente jurisdiccionales, al Polisario”.
Sabiendo que el censo es un mecanismo fundamental de protección y una obligación legal del ACNUR, la obstinada negativa de Argelia a realizar este censo de la población de Tinduf permite sobre todo la desviación sistemática y con impunidad de la ayuda humanitaria.
Hay que recordar que la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) ya había revelado en años anteriores el desvío a gran escala por parte de los dirigentes del polisario en complicidad con responsables argelinos, de la ayuda humanitaria asignada durante años por la Unión Europea a la población civil de los campamentos de Tinduf.
Desde entonces, el desvío ha continuado al mismo ritmo, en detrimento de la salud de las poblaciones civiles en los campos de Tinduf. El, 9 de junio de 2020, la ONG Lumière et Justice hizo un llamamiento a la Unión Europea para que ponga fin al enriquecimiento ilícito de los responsables del «polisario» a través de la apropiación indebida de ayuda humanitaria. La ONG enfatiza que, debido a la reventa de la mayoría de la ayuda humanitaria en ciertos estados vecinos, un fenómeno que ahora está bien documentado, el hambre y la sed acechan a miles de saharauis indefensos.
Otro atroz crimen cometido por los mercenarios del Polisario es el de la explotación escandalosa y la militarización de los niños de los campamentos de Tinduf, entrenados en el manejo de armas y otras técnicas de guerra.
Según los informes, al menos 100 niños saharauis fueron transportados a campos minados por el Polisario, para alistarlos como soldados. Su reclutamiento comienza a los 10 años. Los niños soldados se utilizan como máquinas de guerra. Es indignante. De hecho, cada día se escucha más voces independientes que llaman a la comunidad internacional a declarar al frente Polisario como grupo terrorista por este asunto entre otros.
En contraste con la situación en aquellos campamentos, los ciudadanos del Sáhara marroquí gozan de todos sus derechos políticos, económicos, culturales y sociales.
Desarrollo de las Provincias del Sur:
El Sáhara marroquí experimenta, particularmente a través de las medidas relacionadas con el proceso de la regionalización avanzada, previsto por la Constitución de Marruecos en julio de 2011, de la implementación de su Modelo de Desarrollo, la aplicación de especificidades regionales, así como la ampliación de la gestión democrática de los asuntos locales por parte de las poblaciones de la región.
Gracias al Plan de Desarrollo de las Provincias del Sur, que fue lanzado por SM el Rey Mohammed VI en 2015, la región del Sáhara conoce, hoy en día, un impulso continuo de desarrollo y prosperidad.
Desde su recuperación, por cada ingreso de 1 dólar de los recursos naturales del Sahara, el Estado marroquí invierte 7 a 9 dólares en la región, como parte de la solidaridad entre sus regiones. Con respecto a los indicadores de desarrollo humano en la región, en 1975 fueron 6 % más bajos en comparación con las regiones del norte de Marruecos y 51 % más bajos que el promedio nacional en España. Hoy en día, los indicadores del Sahara superan, nítidamente, el promedio de las otras regiones del Reino y del vecindario.
Marruecos ha realizado enormes esfuerzos durante más de cuatro décadas a favor del desarrollo de sus provincias del sur.
El discurso pronunciado por SM el Rey Mohammed VI con motivo del 47º aniversario de la Marcha Verde, celebrada el 6 de noviembre de 2022, la fecha en la que los marroquíes marcharon pacíficamente para recuperar las provincias del sur, ratifica una vez más el firme empeño y la voluntad inquebrantable de llevar a cabo todos los proyectos iniciados en la región del Sáhara marroquí, informando que el Modelo de Desarrollo de las Provincias del Sur, puesta en marcha en 2015 por SM el Rey Mohammed VI, ha obtenido resultados muy positivos.
El Modelo de Desarrollo de las Provincias del Sur de Marruecos cuenta con un importante presupuesto de 7.000 millones de dólares, es decir, y ha dado como resultado la conclusión de más de 700 proyectos.
Este modelo, constituye una verdadera palanca para el progreso de esta región mediante el lanzamiento de grandes proyectos estructurales como unidades industriales, polos tecnológicos, un puerto en Dajla, una central eólica y solar, una unidad de desalinización de agua, presas, entre otros.
Dado que el desarrollo socioeconómico de las Regiones del Sur de Marruecos está fundamentalmente ligado al desarrollo del Reino en su conjunto, las medidas adoptadas en favor de este desarrollo cumplen los mismos requisitos en todo el territorio marroquí.
Asimismo, los resultados en términos de desarrollo económico y social se ven reforzados por la posición predominante que tienen las Regiones del Sur de Marruecos en los campos de la salud, la educación, las infraestructuras, la energía y las inversiones.
Así, varios indicadores socioeconómicos muestran un mejor comportamiento en estas provincias que en el resto del Reino, especialmente en términos de PIB per cápita, que es un 50 % superior a la media nacional, o la tasa de pobreza, que es tres veces inferior a la media nacional, como consecuencia del despliegue de más del 50 % de las ayudas públicas nacionales directas sólo en las provincias del sur.
El Modelo de Desarrollo para las Provincias del Sur, constituye el resultado de una amplia consulta nacional de múltiples partes interesadas y la brújula de una acción a favor de un desarrollo territorial y holístico lo más cercano posible a las realidades sobre el terreno.
Pretende dotar a las Provincias del Sur de recursos socioeconómicos endógenos para integrarlas mejor en su entorno regional, africano y atlántico, logrando así su aspiración natural de convertirse en una verdadera plataforma económica entre el Norte y el Sur, además de constituir un importante centro regional para el comercio entre el África subsahariana y el resto del mundo.
Los proyectos de infraestructuras se sitúan así en el centro de una política nacional dirigida de forma consultiva y dirigida al desarrollo de la región y de su población, en estricto respeto de los derechos económicos, sociales y culturales de los que disfrutan los marroquíes en su conjunto.
En este sentido, y con el fin de abrir la región y facilitar el acceso a la educación, el empleo y la salud, la carretera que unirá las ciudades de Tiznit y Dakhla recorrerá una distancia de 1.055 km con un presupuesto estimado de 1.000 millones de dólares.
Desde el punto de vista de la conectividad comercial, el futuro puerto de Dakhla Atlántico, que contará con una inversión global de 1.000 millones de dólares, con su zona industrial de 270 hectáreas conectará el sur de Marruecos con el África subsahariana, desde el franja sahelosahariana hasta el golfo de Guinea. En este contexto, el Estado marroquí es el principal inversor y empleador en estas regiones.
Los enormes proyectos e inversiones son totalmente apoyados por la población y supervisados por las autoridades regionales, además de los acuerdos de desarrollo y de cooperación firmados con diversos actores extranjeros, como es el caso de los acuerdos de Agricultura y de Pesca firmados con la UE y el Reino Unido, que incluyen la región del Sahara como parte integral del territorio marroquí, refutando así de manera firme las ilusiones transmitidas por la propaganda de Argelia y el polisario sobre una presunta explotación de los recursos naturales del Sáhara marroquí.
También he de citar, dentro de los grandes proyectos de desarrollo, las infraestructuras médicas y energéticas, así como las de la educación superior, que serán reforzadas por el Hospital Universitario (CHU) de El Aaiún, la Facultad de Medicina, o la Ciudad de Empleos y Habilidades (CMC), la Escuela Superior de Tecnología, los institutos de formación en oficios de energía renovable y por otras importantes instalaciones.
El Plan de desarrollo refleja el fuerte deseo de Marruecos de implementar la iniciativa de autonomía marroquí, así como la cooperación con los países del continente africano. De hecho, ya se han puesto en marcha importantes proyectos, en particular el puerto atlántico-Dakhla, además de otros proyectos que se pondrán en marcha durante el año 2022, incluidos parques eólicos, así como la estación desalinizadora de agua para riego y el proyecto de vía Express Tiznit-Laâyoune -Dakhla.
El objetivo es convertir las dos ciudades del Sur, Laâyoune y Dakhla, en verdaderos polos económicos orientados hacia África.
Estos objetivos, puestos en marcha, y logrados gracias a la conducción de SM El Rey Mohammed VI, son un verdadero testimonio de la seguridad y la estabilidad de la que gozan los ciudadanos saharauis y de su importancia como polo de inversión vital.
En los últimos años, la región de El Aaiún-Sakia El-Hamra se ha convertido en un destino predilecto para la inversión extranjera, gracias al modelo de desarrollo de las provincias del sur, puesto en marcha por SM el REY hace siete años.
El camino económico y el plan de desarrollo trazado por Marruecos a nivel de estas provincias, así como la decisión de más de 30 países de abrir sus consulados generales en Laâyoune y Dakhla, representan una victoria rotunda y confirman el reconocimiento internacional de la soberanía de Marruecos sobre su Sahara. Estas iniciativas son muy importantes por sus significados políticos, legales y diplomáticos.
Carácter marroquí del Sahara
Existe una nueva dinámica que marca un hito histórico para la cuestión del Sahara Marroquí que va en la dirección de un mayor apoyo al carácter marroquí del Sahara -una realidad que no es ni negociable ni discutible- por parte de la comunidad internacional y los amigos de Marruecos.
Esto, por supuesto, cumple con todos los logros de la causa nacional de los últimos años, que son, en primer lugar, de carácter diplomático (regreso de Marruecos a la UA, confirmación de la relevancia de la posición marroquí a nivel del Consejo de Seguridad de la ONU), además del retiro del reconocimiento de la entidad ficticia llamada “rasd” por muchos países, a saber, el 84% de los estados miembros de la ONU no reconocen la «república autoproclamada y ficticia».
También cabe mencionar que, durante los últimos meses, muchos países europeos como Bélgica, España, Francia, Alemania, Holanda, Chipre, Luxemburgo, Hungría, Rumanía, Portugal y Serbia, se sumaron a la lista de países que reconocen los esfuerzos de Marruecos, en particular el plan de autonomía.
En este sentido, es bastante claro que los países que reconocen la entidad ficticia representan solo una minoría a nivel internacional, incluidos aquellos que han heredado o adoptado estas posiciones, a veces dogmáticas e ideológicas.
A estas rupturas de los vínculos diplomáticos se suman los reconocimientos expresos a la soberanía marroquí sobre sus Provincias del Sur con las aperturas de casi 30 Representaciones Consulares en las ciudades de Laâyoune y Dajla, y los anuncios de apoyo a la Iniciativa de Autonomía Marroquí, además de los otros tres países que han expresado su intención de abrir consulados en las regiones del sur, a saber, Chad, Somalia, Guatemala y otros.
Hay que saber que el hecho de abrir estos Consulados, ilustra de manera irrefutable el apoyo creciente e inequívoco a la marroquinidad del Sáhara que se beneficia de un reconocimiento internacional, no solamente en las instancias internacionales, sino sobre el terreno con estas representaciones consulares que ejercen sus funciones diplomáticas y de proximidad para los ciudadanos de los nuevos países africanos, árabes y caribeños establecidos en el Sáhara marroquí.
Hito histórico: EE. UU.
Otro punto que marcó la historia y reafirmó esta nueva dinámica es la decisión histórica de los EE. UU. y su reconocimiento pleno y entero de la soberanía marroquí sobre su Sáhara:
En tal sentido, el 10 de diciembre del 2020, los Estados Unidos de América, han decidido mediante un decreto presidencial reconocer, de forma oficial, la plena y entera soberanía del Reino de Marruecos sobre su Sáhara, siendo el resultado de las intensas consultas llevadas a cabo desde hace varios años entre las autoridades del Reino de Marruecos y de los Estados Unidos de América.
Esta nueva posición constituye un hito histórico que marca un punto de inflexión en el tratamiento de la cuestión del Sahara y que crea un nuevo impulso para la resolución del conflicto.
Con este importante paso, se reafirma, una vez más, la posición positiva de los Estados Unidos de América, que han mostrado su apoyo constante a la iniciativa de Autonomía propuesta por Marruecos para las Provincias del Sur, considerándola como base de una solución realista, realizable, pragmática, justa y duradera del conflicto regional sobre el Sáhara.
Cabe recordar que los Estados Unidos, en su calidad de portalápices de todas las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre la cuestión del Sáhara marroquí, presento su documento a los 193 países de la ONU dándole el efecto jurídico correspondiente como documento oficial de trabajo de la ONU.
Dicho documento oficial trata de los siguientes puntos:
a. El reconocimiento de la soberanía marroquí sobre toda la región del Sahara;
b. El Apoyo a la Iniciativa Marroquí para la Autonomía como única solución para alcanzar una solución justa y duradera a la Cuestión del Sahara marroquí;
c. La apertura de un Consulado General en Dakhla;
d. La Promoción de inversiones en la región del Sahara marroquí.
Jurídicamente hablando, la decisión de la administración estadounidense de reconocer el carácter marroquí del Sahara es un acto irreversible, dotado de un fuerte significado jurídico para Estados Unidos, y se enmarca en la durabilidad y en la continuidad con la nueva administración americana que asumió la presidencia. De hecho, y a pesar de nuestros adversarios, el presidente Joe Biden subrayo que el Reino de Marruecos es un socio estratégico de EE. UU. en la región del norte de África y en diferentes ocasiones los portavoces de la Casa Blanca o del departamento de estado han insistido que la posición de Estados Unidos es la misma.
En este sentido, cabe destacar que la apertura del Consulado General en Sahara, además de apoyar inversiones, constituye para Estados Unidos una apertura estratégica hacia África, a favor de los Tratados de Libre Comercio, considerando la importante riqueza, las grandes oportunidades de inversión, así como el importante potencial de desarrollo que ofrecen las provincias del sur.
Posición de España y países europeos
Siendo la ex potencia colonizadora del Sahara, España adoptó el 18 de marzo del 2022, una nueva e inédita posición con respecto al conflicto regional sobre el Sáhara: mediante un mensaje dirigido a S.M El Rey de Marruecos por el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, el Gobierno español reconoce que el plan de autonomía marroquí presentado en 2007 cómo »la base más seria y sostenible para resolver la cuestión del Sáhara», subrayando que el Estado español está convencido de que el Sáhara tiene una importancia capital para el Reino de Marruecos.
La determinación de España de abrir una nueva página en sus relaciones con Marruecos al reconocer el plan de autonomía marroquí para resolver este conflicto regional y los esfuerzos del Reino en el seno de las Naciones Unidas para encontrar una solución al conflicto regional sobre el Sáhara tendrá efectos beneficiosos en el futuro de las relaciones entre Rabat y Madrid. Esta nueva posición española confirma la de Estados Unidos, cuyo presidente Joe Biden ha reiterado su apoyo a la integridad territorial y la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
Cabe añadir que, Argelia fue el único país en el mundo que reaccionó de manera negativa, al llamar a consultas a su embajador en Madrid tras el anuncio de la nueva posición de España sobre este tema, confirmando de nuevo su implicación directa cómo parte principal en el diferendo regional sobre el Sáhara.
La nueva posición de España se inscribe en una dinámica internacional de apoyo masivo al plan de autonomía propuesto por Marruecos cómo única solución política, realista y sostenible al diferendo.
La Unión Europea, donde ningún país reconoce la autoproclamada república árabe saharaui, saludó en reiteradas ocasiones los serios y creíbles esfuerzos del Reino de Marruecos para lograr una solución política, realista, pragmática, sostenible y basada sobre el compromiso a este diferendo regional.
La nueva posición española confirma también la reciente posición adoptada por Alemania, quien ha considerado la iniciativa de autonomía cómo esfuerzo serio y creíble para alcanzar una solución definitiva al diferendo sobre el Sáhara marroquí (05 de enero del 2022).
También, en junio del 2021, Hungría quién preside el grupo Visegard, conformado por la República Checa, Polonia y Eslovaquia, ha manifestado su claro apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos.
El apoyo de España a la propuesta marroquí de autonomía como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo es convergente con los parámetros establecidos por el Consejo de Seguridad, en particular en la última resolución 2654, que llama a las partes del diferendo regional a trabajar para alcanzar una solución política, realista, pragmática, sostenible y basada sobre el compromiso, reiterando a la vez la preeminencia de la iniciativa de autonomía marroquí.
En definitiva, los citados parámetros reflejan la legitimidad histórica, jurídica y política de la soberanía del Reino de Marruecos sobre sus provincias del sur (Sáhara), la realidad sobre el terreno y la pertinencia de la autonomía como solución de compromiso entre las opciones extremas.
Conclusión
Para concluir me es grato indicar que la cuestión del Sáhara marroquí, que es una cuestión existencial para nosotros, se encuentra hoy en día en un punto de inflexión importante con parámetros y objetivos claros, y no existe ninguna solución fuera de la iniciativa de autonomía, ni ningún liderazgo que no sea el de las Naciones Unidas, ni ningún medio que no sea la negociación, en presencia de todas las partes concernidas, incluida Argelia y que tenga como finalidad darle fin a este conflicto regional que perjudica el desarrollo de muchos pueblos y de toda una región.
Lo que les he presentado son hechos que tienen su origen en la historia y realidad de un conflicto regional. Estas realidades deconstruyen las falsedades construidas sobre mentiras, consagran la corrección de la posición marroquí apegada a la propuesta de autonomía en el marco de la unidad nacional, y explican la ampliación del apoyo internacional a la propuesta marroquí como solución a este conflicto artificial.
Esto confirma que la construcción de una conciencia sana es una batalla no menos importante que la de perseguir la consecución del desarrollo económico y social que experimentan las provincias del Sáhara marroquí.
En efecto, el diferendo regional del Sahara ha experimentado importantes avances en los últimos años gracias a la visión de Su Majestad el Rey Mohammed VI, ya sea mediante los enormes desarrollos sociales y económicos de las Regiones del Sur en el Sáhara marroquí, como lo señala el secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, en su último informe anual, o a través de la última Resolución 2654 del Consejo de Seguridad de la ONU que elogia el desarrollo político y los esfuerzos diplomáticos y logros en el Sáhara durante el último año.
Gracias a las acciones directas emprendidas por SM el Rey, se ha pasado de la etapa de gestión a la del cambio de los parámetros de esta cuestión, marcando así una nueva ola internacional que los países democráticos están siguiendo.
Por ello, desde nuestra independencia, hemos elegido un sistema político, social y económico, basado sobre la democracia, la libertad y la economía de mercado.
Por lo tanto, llamamos a nuestros socios y países amigos a que no se queden estancados en la comodidad de decir que existe un proceso, y que apoyan este proceso. El proceso de negociación no es el fin o el objetivo, el proceso es un medio para llegar a una solución definitiva. Si el proceso va a durar décadas obstruido por las partes que no quieren llegar a una solución, los países democráticos deben sumarse a esta nueva dinámica internacional desencadenada apoyando la iniciativa de autonomía marroquí para dar fin a este conflicto artificial.
En la política exterior no puede actuarse con viejos esquemas ideológicos propios de la Guerra Fría. No puede vivirse en el pasado. El Sahara, por legitimidad histórica y legalidad internacional, es un territorio de Marruecos, y Marruecos por ningún motivo va a permitir que se lo disputen. Y como dijo Su Majestad en su discurso del 2014 “Marruecos va a permanecer en su Sahara y el Sahara en su Marruecos, hasta el fin de la existencia”.
Por último, me gustaría concluir con una frase del Soberano en su discurso a la nación con motivo del 69° aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo el pasado 20 de agosto: “la cuestión del Sáhara es el prisma o los lentes a través del cual Marruecos mira al mundo. Y es el criterio claro y simple que mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones que establece”.
(*) Conferencia “El Sáhara: un diferendo regional” brindada en la Universidad Ricardo Palma