La Constitución de 1993 que nos rige, ya tiene más de treinta años y es una de las más longevas, incluso tiene edad mayor que la que tuvo la de 1979 que la precedió, muchas de cuyas normas repite la actual Constitución.
El Congreso de la República elegido en el 2001 y presidido en aquel entonces por Carlos Ferrero Costa, aprobó la Ley N° 27600 promulgada el 15 de diciembre de 2001 por el presidente Alejandro Toledo.
La citada Ley determinó dos cosas principalmente, la primera literalmente expresó: “Suprímase la firma de Alberto Fujimori Fujimori, del texto de la Constitución Política del Estado de 1993”. La segunda ordenó a la Comisión de Constitución del Congreso proponer “un proyecto de reforma total de la Constitución, tomando en cuenta la Constitución histórica del Perú y en particular el texto de la Constitución de 1979” que de ser aprobado se sometería a referéndum. Todo esto para abrogar la Constitución de 1993.
Al promulgarse dicha ley y como dispone la propia Constitución que nos rige, el presidente Toledo firmó “Mando se publique y cumpla”. La Ley fue publicada en el diario oficial “El Peruano” el 16 de diciembre de 2001, pero no se cumplió.
En efecto, si cualquier persona que tiene acceso al Congreso de la República llega a los archivos de las autógrafas de las leyes, encontrará la firma de Alberto Fujimori promulgando la Constitución de 1993 el 29 de diciembre de dicho año, junto a su Gabinete Ministerial presidido por Alfonso Bustamante y Bustamante. Como se podrá apreciar no hubo liquid papel ni borrador que suprimiese la firma de Alberto Fujimori. La Ley no se cumplió puesto que una ley no puede borrar la realidad ni la Historia.
El segundo mandato de la Ley en referencia, tampoco se cumplió pues la vehemencia de Henry Pease que presidía la Comisión de Constitución encargada de proponer un nuevo texto constitucional, hartó a los congresistas y no se siguió en el tema el que quedó inconcluso.
El nombre de Alberto Fujimori está muy ligado a la Constitución de 1993 y fue un despropósito, del cual sea dicho me arrepiento, haber dispuesto legislativamente la supresión de su firma. Si pues, Fujimori con su pragmatismo y frialdad aceptó en la Asamblea de la OEA el 18 de mayo de 1992 que se convoque a una Asamblea Constituyente para dictar una nueva Constitución, ello como respuesta política para salir del entrampamiento producido por el autogolpe de Estado del 5 de abril del citado año.
Alberto Fujimori fue quien, como presidente de la República en ejercicio, convocó al Congreso Constituyente Democrático” (CCD), estando su firma en la norma legal de convocatoria al igual que en la disposición que convocó al referéndum para que la ciudadanía apruebe o no el texto constitucional de 1993.
Como se acredita el nombre y firma de Alberto Fujimori Fujimori, está muy ligado a la Constitución de 1993, pero eso de ninguna manera significa que la Carta del citado año sea “fujimorista”, puesto que en el Congreso Constituyente participamos representantes de diversos partidos políticos, muchas de cuyas propuestas integran la Constitución y en donde además para la aprobación de la mayoría del articulado hubo notorio y notable consenso.
Insistimos, ni la realidad ni la Historia ni el liquid paper pueden borrar la firma.