No soy muy afecto a las redes sociales y, la verdad, que usualmente, salvo que sea de personas que frecuento, no abro mensajes ni me incluyo en grupos de whatsapp, ni ingreso tampoco a la información que cuelgan o “postean” terceras personas.
Pese a ello me llamó la atención el título o asunto, de un texto que recibí y que rezaba: “Fallecimiento del Sentido Común”. Al remitente no lo conozco y no sé quien es el autor del texto, aunque me pareció interesantísimo y, por eso les copio algunas frases de su contenido.
Señala el fraseo que el sentido común, “…estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta, que edad tenía … y será recordado por haber cultivado lecciones como: lo ético como principio básico; el orden; la integridad; la puntualidad; la responsabilidad; el respeto al derecho de los demás ….” entre varios otros.
Agrega el texto que don “Sentido Común perdió terreno cuando … se confundieron los Derechos Humanos con no castigar la delincuencia, quitándole autoridad a la justicia y a los funcionarios de orden y seguridad”.
Probablemente se preguntarán queridos lectores ¿a qué viene todo esto? o si ¿he perdido el tan mentado sentido común? Creo que no lo he perdido y, estas reflexiones, vienen como consecuencia del comportamiento que verificamos en muchísimos conciudadanos, que pese a estar en tiempos de guardarnos en nuestros domicilios por la emergencia sanitaria, se burlan e incumplen la normativa extraordinaria dictada por ello. Se hace lo que les viene en gana, salen de sus viviendas cuando es su voluntad, hacen reuniones sociales, practican deportes en calles y pistas y, encima, consumen bebidas alcohólicas en las vías públicas y, hasta responden con desdén, burla cuando no prepotencia, a las autoridades policiales y militares que les llaman la atención.
Pero lo señalado no es lo único relacionado con la pérdida del sentido común pues, además, llama la atención con la autoridad, supuesta solvencia y certidumbre y, también prestancia con la que algunos “opinólogos” se manifiestan en temas técnicos (sin serlo) sobre la pandemia y las consecuencias en la salud, en la economía, en el trabajo y en la convivencia social. Como se dice coloquialmente “meten su cuchara en todo”. Mi mamá decía que eran los “metementodo”.
La pandemia que en alguna u otra medida, afecta a toda la población mundial, no es tema de broma, es un asunto muy serio, así como complejo, en que las autoridades tienen que tomar decisiones duras en pro del bien común y, evitar en lo posible la propagación generalizada del coronavirus COVID 19. Los ciudadanos deben obedecer.
Hoy hay montones de “metetes” que nos quieren dar consejos de todo, hasta se atreven a recetar remedios sin ser médicos, habiendo perdido el sentido común, qué ojalá tuviese las facilidades de Lázaro y lograse resucitar.
Hace un tiempo a los “méteme en todo” se les decía: ¡ubíquense!, término que debiéramos volver a usar.