Hay muchísimas deficiencias en el tema de la seguridad ciudadana, con el aumento de la delincuencia, tanto de la nativa como de la importada, al haberse permitido sin filtro alguno a migrantes venezolanos, no todos por cierto.
Sin embargo, hay que reconocer los esfuerzos que realiza la Policía Nacional, al igual que serenazgos de algunos distritos, para corregir el tema antes señalado, aunque todavía son insuficientes.
Muchísima gente se queja de la falta de seguridad en las calles, incluso dentro de locales comerciales y también domicilios personales, empero, no cambian de conductas y costumbres que en la práctica están facilitando las acciones delincuenciales. Critican la paja en el ojo ajeno, pero ignoran la viga en el propio, como dice veraz aforismo.
Entre las conductas inconvenientes que las personas podrían evitar, se encuentra la de estar conversando alegremente a través del celular en la vía pública, pero sobre todo sin la precaución de mirar a los alrededores para evitar su robo. Los robos de celulares se producen principalmente por el descuido de los usuarios y, bien sabemos que la elevación de penas por ello no ha sido disuasiva y no remedia absolutamente nada.
Otro de los ilícitos que han aumentado considerablemente, es el robo de vehículos en la calle. ¿Ello podría reducirse? La respuesta es positiva si es que sus conductores o propietarios, en lugar de dejarlos en calles sin vigilancia, los guardan en estacionamientos públicos, les ponen alarmas e incluso localizadores (GPS).
Son también frecuentes los robos de vehículos a la entrada de garajes y ello porque sus conductores no ponen la atención debida para hacerlo cuando no hay transeúntes ni otros vehículos circulando.
Los asaltos y robos en establecimientos comerciales también podrían reducirse si es que sus emprendedores ponen alarmas y videos de vigilancia. Dirán que ello cuesta, claro que si, en este mundo ya no hay nada gratis.
También con preocupante frecuencia hay asaltos y robos en los domicilios particulares, pero muchas veces ellos se producen por negligencia de sus ocupantes que dejan las puertas abiertas o no las cierran al poner las bolsas de basura al exterior. No olvidemos a los irresponsables que sin corroborar quien toca la puerta, reciben un empujón, los encañonan y “mudan” la vivienda.
El retiro de fuertes cantidades de dinero de los bancos, es otra invitación a los asaltos, cuando se pueden hacer transferencias electrónicas así como pagar planillas a través de cuentas-sueldo.
La negligencia más frecuente es de quienes utilizan las redes sociales e infinidad de aplicativos para “airear” sus costumbres e informar a todo el género humano de lo que hacen, de lo que dejan de hacer, cuáles son sus pertenencias, que lugares frecuentan, el horario de regreso a casa, la vestimenta de marca que utilizan y no digo nada de los Rolex para evitar suspicacias y malentendidos.
Con la publicación en redes de lo que se hace o deja de hacer, hay la máxima exposición a infinidad de peligros y ser víctimas de delitos. Parecería ser que no distinguen lo íntimo de lo público. No hay necesidad de estar mostrándose como si estuviesen en vitrina pues ello es exponerse a infinidad de actos criminales.
La prudencia evita la delincuencia. La Policía ayuda ¡pues por cierto! pero no son amas ni niñeras.