Por lo general la población pensante de nuestra patria, ha reconocido la excelente preparación del foro de APEC que acaba de celebrarse en el Perú, lo que consecuentemente llevó al éxito del evento que coincidió con la inauguración del nuevo puerto de Chancay.
Es destacable la labor de la Cancillería que demuestra la preparación de nuestro personal diplomático, especialmente del equipo presidido por el embajador Carlos Chávez Tafur, que previó hasta los más pequeños detalles. No podemos tampoco olvidar al resto de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo destacable que logró la suscripción de diversos documentos e instrumentos internacionales, así como memorándums de entendimiento, tanto multilaterales como bilaterales que abren enormes posibilidades de desarrollo para nuestra patria.
La labor de la Policía Nacional del Perú durante el citado foro, fue también impecable, logrando evitar actos de violencia que hubieran empañado el éxito del evento. La Policía actuó con gran profesionalismo, debiéndose resaltar su tino y mesura en el cumplimiento de su deber constitucional de mantener el orden público.
Algo de lo que poco se ha dicho, pero que es de vital importancia, es que los Estados Unidos de América, in situ, han podido apreciar las enormes inversiones que empresas y gobiernos foráneos vienen realizando en el Perú y que bien pudieron hacer empresas norteamericanas, pero no lo hicieron.
Han tenido que darse cuenta de que si nos ignoraron en los últimos años, aún están a tiempo de subsanar sus faltas y sumarse al desarrollo peruano, en que hay ingentes posibilidades para el futuro cercano. Como prueba de lo señalado es el compromiso de asociarse para un complejo aeroespacial en Piura. Ello ya es una buena señal.
Queda también como pendiente, estimular la utilización del nuevo puerto de Chancay, pues de superarse las cifras de tráfico de contenedores por el mismo, se podrán ejecutar las dos etapas aún faltantes.
En lo interno, si bien no hubo mayores hechos de violencia por quienes habían anunciado paralizaciones durante las reuniones de APEC, si existieron algunos llamados a la violencia y vandalismo, del que seguramente se tienen las filmaciones y grabaciones, que deberían ponerse en manos de la Procuraduría General de la Nación para que haga las denuncias que corresponden al Ministerio Público.
Esos llamados de instigación a actos de fuerza se podrían definir como tentativas de delito, pues los llamados a interrupción del tránsito de personas y mercancías por vías públicas, así no se hubiesen consumado, constituyen delito.
La tentativa conforme señala el Código Penal en su artículo 16 y siguientes es delito y constituye un pendiente para hacer las denuncias y procesos judiciales que correspondan, lo que deberá ser una advertencia para el futuro. Hay temas que no pueden pasar al olvido.
Como colofón habría que agregar un reconocimiento al gobierno por su buen desempeño como anfitrión del foro de APEC. Muchas veces somos duros y céleres en la crítica, pero olvidamos el elogio como en este caso en que es absolutamente pertinente.