¡Sigue circulando en redes y con renovado esfuerzo, la Declaración del XXV! Encuentro del Foro de Sao Paulo, realizado meses atrás en Brasilia, en que se reunieron los partidos y movimientos integrantes de aquel.
Como ya es costumbre en dicho Foro, intentan esconder su carácter ideológico y de accionar, con el disfraz de lugares comunes de aceptación generalizada, como es por ejemplo la construcción de “nuestra América como una región de paz y cooperación”. También como continente que apuesta por “el desarrollo sostenible y la justicia social, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”, pese a que se entromete en ellos.
Igualmente dice el Foro que apoya “que se respete el medio ambiente e incorpore la lucha contra el cambio climático como un eje central para el desarrollo económico”, rechaza la inflación y termina invocando a una “América Latina y el Caribe, libre, soberana y justa”.
Como no pueden con su genio, como dice criolla expresión, siempre se les ve el fustán, pues mencionan que los gobernantes americanos integrantes o afines al Foro de Sao Paulo, “luchan heroicamente por la democracia participativa”, como si existiese alguna otra que no lo es, advirtiendo adicionalmente que están sujetos a amenazas y ataques, condenando a países como el Perú que su actual gobierno tuvo que enfrentar los embates de los supuestos manifestantes pacíficos, pero que en realidad eran vándalos violentistas que atacaron a las Fuerzas del Orden, afectando a poblaciones civiles y policías, causaron asimismo serios daños en propiedad pública y privada. Con sus prejuicios contra los países anglosajones del continente, mintieron al acusar que había tropas de los Estados Unidos en nuestro suelo patrio por autorización de la presidenta de la República.
Con desparpajo pontifican sobre una Economía “… comprometida con el desarrollo sostenible y la justicia social”, pero sin señalar que la economía social de mercado y la defensa del medio ambiente siempre fueron banderas del social cristianismo, a quien lo pretenden usurpar.
Insisten en una integración física, que atenta contra la soberanía de nuestros países, que al celebrar convenios de integración económica como, el Mercosur, la Comunidad Andina y la Alianza del Pacifico, entre otros, ya están dando resultados muy alentadores, aunque reconocemos que todavía no suficientes.
Tienen la frescura, para no usar términos duros, de señalar que hay fuerzas “neoliberales e imperialistas”, que dominan Internet y redes sociales, además de existir un “oligopolio mediático” con una “agenda perjudicial a los pueblos. Bien sabemos que la realidad es otra y que,la conducción de los medios está siendo tomada por la siniestra, al igual que las redes sociales muchas veces solventadas por países y organizaciones no gubernamentales de mentalidad y acción zurda.
Como si los verdaderamente demócratas fuésemos ignorantes, tratan de vendernos como ejemplo a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que bien sabemos de qué pie cojean y cuan horrorosamente es su realidad, pero ya como cereza en torta, se anuncian “progres”, como si el progreso fuese construcción de izquierdas extremas, cuando siempre ha sido una meta de quienes lo desean en beneficio de toda la población.
Como vemos, no son “progres”, son “retros”. No nos dejemos engañar