Muchísimos alcaldes de provincias y distritos que no pertenecen a la capital de la República se ven seriamente frustrados por no poder cumplir con las obras que se comprometieron con la población y, que lo que fueron probablemente buenas intenciones quedaron en el imaginario popular pues no tienen como concretarse.
Hay dos grandes motivos por el que las obras planteadas no pueden convertirse en realidad. El primero la falta de fondos municipales suficientes para ello y, el segundo, por carecer de personal técnico que pueda hacer los proyectos y estudios necesarios para la ejecución de la obra, sea ella por administración directa o sea bajo las disposiciones de la normatividad de contrataciones con el Estado.
En efecto, y esto sucede hasta en la ciudad de Lima, los recursos que recaudan las municipalidades están restringidos sobre todo al Impuesto Predial, pues lo que son arbitrios los receptores de los servicios municipales por lo general no los pagan, hacen ¡olé! Y no pasa nada pues son tantos los deudores que los ejecutores coactivos no podrían ni dormir, e incluso con la triste realidad de no tener bienes para embargar. Si es que no hay recursos no se pueden hacer obras y a veces ni siquiera los proyectos de ellas.
Como hemos dicho la gran mayoría de municipios carecen de equipos técnicos que puedan hacer los estudios y proyectos técnicos para las obras, como tampoco las bases para convocar a los postores para que las hagan.
Pero el tema se agrava pues tales municipios en muchos casos tienen que recurrir al Gobierno Central, vía Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que les asigne los recursos, pero lamentablemente por falta de calidad de los estudios y proyectos que presentan, los recursos no les son asignados y no es que no exista buena voluntad, sino que hay carencia de calidad como hemos señalado.
Muchos se preguntarán ¿qué es lo que se podría hacer? Ello a que se supone la buena voluntad de los municipios y del MEF. Si ella existe lo lógico es que desde el MEF o desde alguna otra repartición pública como el “Fondo de Inversiones de Desarrollo Territorial” (FIDT), hagan los estudios y proyectos, con lo que liberarán a los municipios con carencias técnicas de una carga que no están en posibilidad de asumir.
Se entiende la posición del MEF y de diversos otros organismos del Gobierno Central, de no aceptar proyectos y estudios insuficientes o de deficiente calidad, pero tienen que comprender las carencias técnicas de la gran mayoría de municipios del país y, como repetimos, bien podría ser suplida, asumiéndose tales estudios y proyectos desde los organismos del Gobierno Nacional, que si tienen la capacidad para hacerlos.
Los pobres alcaldes del interior del país están mendicantes pidiendo los recursos al MEF; ven con pavor que los plazos de la Ley 32018 van venciendo y ellos solo pueden ofrecer buenas ideas e intenciones pero no calidad de proyectos, pues no tienen cómo realizarlos.
La penosa realidad expuesta puede corregirse y para ello hay que hacer algunas modificaciones en la legislación vigente, lo que bien pueden hacer nuestros parlamentarios