A través de las redes sociales, un buen amigo me ha enviado un lúcido comentario que, aunque desconociendo su autoría nos debe hacer reflexionar. Dice el comentario lo siguiente: “Pierde un partido la Selección y nos enfurecemos. Estamos perdiendo un país pero no reaccionamos”.
En efecto, nos ha ido pésimo para la clasificación al próximo mundial de futbol y como cereza en torta un cuatro a cero desmoralizador, aunque siendo repetido ése resultado en otro partido entre otros dos países de nuestro hemisferio, el dolor compartido evidentemente en algo alivia. Como dice el refrán “mal de muchos, consuelo de tontos”.
Sin embargo, no se reacciona con la misma furia e indignación, cuando nuestro país está al borde del precipicio con el caos que vivimos y es fácil observar.
Algunos ejemplos que grafican la situación. El avance exponencial de la delincuencia y del crimen organizado el que tiene en zozobra a toda nuestra población. la que observa día a día como campean los delincuentes como si estuviesen en su chacra, asaltando en cualquier calle a los transeúntes, ingresando a domicilio para llevarse lo ajeno, extorsionando a los transportistas y a negocios de todo tamaño, exigiendo cupos por doquier, asesinando a mansalva y huyendo por lo general en motocicletas y, todo ello a la vista y paciencia de las autoridades que se llenan la bocaza diciendo que están preparando estrategias, tácticas y operativos, pero lamentablemente los resultados no se ven.
Se exige a la Policía Nacional eficiencia, pero ella cruzada de brazos pues cuando actúa se la empapela con infinidad de acusaciones y procedimientos judiciales interminables, con olvido que su función principal es darnos seguridad, lo que la Constitución denomina “resguardar el orden público y restablecerlo cuando es afectado”
Entre los Poderes del Estado hay enfrentamientos de todos los días, con olvido que si bien tienen independencia y autonomía, ella es dentro de la ley y no fuera de ella, y que sus actuaciones no pueden impedir la coordinación y la colaboración. Lo propio está sucediendo con otras entidades con rango constitucional. Encima el gasto público desbocado y el balance presupuestal hecho añicos.
Mientras nuestro querido país se prepara desde hace un buen tiempo para la próxima asamblea de APEC, en que será anfitrión, hay sectores de la población que amenazan con paralizaciones que evidentemente pueden enturbiar las pretensiones de éxito de tal evento e incluso podrían inducir a algunos líderes extranjeros a no estar presentes. Esto francamente, aunque no está tipificado así en la legislación, es una gravísima traición a la patria que debemos denunciar.
En el 2026 se llevarán a cabo elecciones y las agrupaciones políticas que tienen similares predicamentos y propuestas programáticas, siguen sin conversar para llegar a acuerdos que conduzcan a resultados convenientes y a que no se repita el desastre electoral del año 2021.
Como vemos ¡cuánta razón tiene el comentario que circula en las redes!, y cada uno de los peruanos, desde su campo de actividad puede hacer mucho para ayudar a nuestra patria. ¡Si se puede!
