El título de esta columna de opinión daría la impresión que es un enunciado reiterativo y sin necesidad de enfatizarse. Si bien los profesionales de la lengua tendrían toda la razón de criticarlo en el campo de sus competencias, el autor de esta nota insiste en la redundancia para que quede bien claro y sin necesidad de posteriores precisiones.
Nos estamos refiriendo al gravísimo accidente de hacen pocos días en Chancay, en que un puente colapsó y cayó al río, llevándose en su recorrido hacia las aguas a un ómnibus con pasajeros, en que algunos perdieron la vida y otros resultaron con lesione de consideración. Felizmente ninguna autoridad oficial se refirió al hecho como “desplome” para reducir su magnitud.
El Ministro de Transportes y Comunicaciones, desde el lugar de los hechos, anunció con toda la razón que lo primero que tiene que hacerse es solucionar de inmediato el tráfico vial desde Lima hacia el Norte y viceversa. Ello es lo urgente en primer lugar, aunque resulte frase de Perogrullo. Después vendrán las investigaciones, la revisión de los contratos de concesión de dicha vía transporte terrestre para deslindar responsabilidades con respecto al mantenimiento de la vía, los plazos y con las técnicas convenidas, así como también los seguros que se tendrían contratados y los alcances de las coberturas de las pólizas de seguros.
Sin recurrir a la frase “no hay mal que por bien no venga”, pues se trata de un gravísimo accidente en que murieron algunos compatriotas, si es bueno insistir en la necesidad de resolver rápidamente el trazo de la nueva vía para el ingreso y salida del puerto de Chancay.
No tiene ninguna lógica llegar a soluciones supuestamente adecuadas, si la meta de ellas es la prórroga del plazo del contrato con la concesionaria para que ella haga la obra por donde le da la gana y no por donde la lógica y la técnica lo demandan, como ya lo advirtieron las autoridades del Ministerio de Vivienda que tiene que ver con el Plan de Urbano de la zona, los colegios profesionales y el Municipio de chancay, que no desea que se afecte a los vecinos ni al futuro de la ciudad con un trazo inconveniente que perturbará su futuro. El trazo tiene que definirse ya y tiene que ser de circunvalación para no entorpecer las actividades del vecindario de Chancay así como no afectar a los predios urbanos de ésa localidad, anulando sus futuras posibilidades turísticas complementarias a las estrictamente portuarias.
Con el riesgo de caer pesados, teneos que repetir que lo primero es lo primero, pero inmediatamente después y sin dilaciones, decidir el trazo por el que se construirá la nueva vía a Chancay que tiene que ser la que convenga al país y no a los intereses de una concesionaria.
No olvidemos, el interés colectivo prima sobre el individual, por más importantes que puedan ser los intereses de una concesionaria vial. Además no tiene sentido sacrificar el futuro de Chancay por un interés mercantilista.