He recibido información en el sentido que el ingreso de cubanos al Perú, en los últimos dos años ha crecido sustancialmente. En efecto, hasta el 2017, el ingreso de personas de esa nacionalidad era de alrededor de 4,800 anualmente, cifra que saltó a 9,400 el 2018 y a 10,700 el 2019, por supuesto sujeto a la respectiva comprobación, que aún no he realizado.
Todos somos conscientes que, por la globalización, pre pandemia, y por las facilidades del transporte así como por la universalización de las comunicaciones, el turismo internacional se ha incrementado a niveles jamás pensados, a lo cual también han contribuido los tours y el acceso al crédito.
Evidentemente Cuba es un destino turístico por sus bellas y acogedoras playas, pero los cubanos, si bien reciben turismo, no salen de su país para hacer lo propio, dado que su situación económica no lo permite ni menos las magras retribuciones que perciben por su trabajo y, por las restricciones gubernamentales que se han ido acortando.
Dado lo anterior no es creíble que el turismo de cubanos al Perú se haya multiplicado por tres en los dos años precedentes. Tampoco se tiene noticias que estudiantes cubanos hayan venido en número considerable a universidades peruanas, ni que existan reales programas de cooperación internacional que los pueda albergar en nuestro territorio. En consecuencia, el ingreso de cubanos a nuestra patria, tiene que tener otros objetivos.
Ahora bien, para nuestro análisis, conviene tener presente que en Cuba campea el autoritarismo, esto es la dictadura y que, la Democracia es un término que solo encuentran en el diccionario, pero imposible de ubicarlo en la realidad, aunque se realicen elecciones, pero con un solo partido que es el comunista. A mayor abundamiento, los hermanos Castro Cruz han dirigido los destinos de la espectacular isla por más de seis décadas.
Los cubanos solamente salían de Cuba para ser los ejecutores de los planes de exportación ideológica de sus jerarcas y, para tratar de imponerlos en otras latitudes. Ejemplos sobran, intentaron sin suerte invadir Panamá, lo mismo que aconteció en República Dominicana, en Haití y hasta participaron en los enfrentamientos entre Argelia y Marruecos. Estuvieron también en el Congo y en Angola, además de en diversos otros países del África.
Recordemos que enviaron al Che Guevara a Bolivia con propósitos incalificables y, en los años recientes, muy ligados a Evo Morales en ése país, así como a la Venezuela de Chávez y Maduro, sin olvidar su estrecha cooperación con Salvador Allende décadas atrás en Chile y, el apoyo a Daniel Ortega en Nicaragua.
Por lo demás, es harto conocido que refugió a reuniones de movimientos violentistas como el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, al Ejército Revolucionario del Pueblo, al movimiento de los Tupamaros de Uruguay, al Ejército de Liberación Nacional, a Sendero Luminoso y MRTA, estos dos últimos del Perú, entre muchos otros.
Los antecedentes en cuestión nos tienen que llevar a ser cautelosos y además, a sospechar de las ayudas sanitarias que bajo banderas humanitarias arriban al Perú. Advertidos estamos.
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