En estos días nuevamente hemos podido observar a través de la información proporcionada por los canales de televisión, el allanamiento de viviendas y oficinas, así como de la incautación de bienes a personas que están siendo investigadas por el Ministerio Público por tráfico de influencias y algunos otros delitos.
Los allanamientos e incautaciones a los que nos referimos, no son ilegales dado que fueron solicitadas por la Fiscalía y dispuestas por juez competente de primera instancia, aunque si llama la atención el tratamiento a los inculpados y el deseo de los medios de prensa de obtener alguna primicia para difundirla a su público.
El tratamiento de las Fuerzas del Orden a los inculpados, lo hemos percibido abusivo, pues si bien tienen que cumplir con una orden judicial, también tienen que ser conscientes que se trata solo de investigados, que aun no han sido inculpados y que mientras no sean objeto de sentencia condenatoria firme, gozan de la presunción de inocencia.
No nos parece adecuado que se lleve a investigados a los carros policiales prácticamente a empellones, con jaloneos innecesarios y viendo como los que están delante de los investigados los jalan, pero los que están detrás de ellos los empujan.
Algunos policías se han justificado diciendo que su comportamiento fue para proteger al investigado de una prensa que los asediaba y quería conseguir sus declaraciones a como hubiera lugar. Si ello fuere veraz tampoco justifica su comportamiento bastante arbitrario y contrario a las más elementales reglas de conducta y menos a las del “Manual de Carreño”.
La actitud de reporteros y camarógrafos por lo general, además de desordenada, por conseguir la noticia se tornaba abusiva, incluso jaloneándose entre ellos y sin que nadie pusiese siquiera un granito de disciplina para hacer una tarea colectiva en armonía.
El autor de esta nota es consciente que la prensa tiene el derecho y a la vez obligación de informar, pero ello tiene que hacerlo dentro de los cánones de razonabilidad y prudencia, sin atropellar similar tarea de sus colegas.
Antiguo refrán señala que “respetos guardan respetos” y si deseas ser respetado tienes que respetar a los demás, no solo de la boca para afuera, sino con acciones de respeto y consideración para los otros.
El espectáculo que hemos visto a través de las imágenes televisivas ha sido deplorable y ojalá no se repita, pero para esto también se requiere que los directores de noticias de los medios de prensa, sean escritos, radiales, televisivos e incluso redes sociales, den las instrucciones a sus reporteros para el buen comportamiento que es de desear.
Para terminar y cuando se trata de allanamiento e incautación de bienes a quienes ejercen la abogacía, debe ser sin atentar contra el secreto profesional que tienen que guardar, incautación que no debe comprender documentación o material respecto de casos que nada tienen que ver con la diligencia a la que nos referimos. Los colegios de abogados deberían estar vigilantes respecto a todo esto.
