Los legos en materia de salud, para no caer en errores, consultamos a nuestros médicos amigos los temas de dicha disciplina que están en boga desde hace un año, debido a la pandemia del COVID 19 que afecta al mundo.
Como en todo, hay quienes comparten similares ideas, como también quienes discrepan de los consejos que se reciben a diario. Unos señalan que no se ha experimentado lo suficiente con las vacunas para que sean confiables, otros señalan que lo son y, tan prueba de ello que ya cuentan con los registros internacionales más reputados.
Algunos galenos recomiendan determinadas medicinas, mientras que otros aconsejan la ya famosa Ivermectina, sin olvidar a quienes creen que se puede aplicar ambas.
En lo que si todos, o por lo menos casi todos están de acuerdo, es que el tema preventivo va de la mano con el curativo. Esto es que debe prevenirse las consecuencias de la pandemia con medidas de higiene, uso de mascarillas y distanciamiento social, pero además con la vacuna. Cuando las personas se infectan, pese a las medidas de prevención, se tiene que pasar a la atención médica y, de ser el caso la hospitalaria, para la recuperación de la salud.
Ahora que ha llegado al Perú el primer lote de la esperada vacuna, observamos mucha esperanza ciudadana, en que ella pueda ser útil para la prevención, pero sin ser causal que se olvide el tema asistencial para los infectados.
Prevención, por supuesto, pero simultáneamente atención curativa y, para ello, hay que hacer todos los esfuerzos y sacrificios para que exista dotación de oxígeno medicinal suficiente, lo que demanda por un lado la fabricación local de plantas procesadoras y por otro su importación. En adición se requiere, como reclama el gremio médico, más unidades de servicios intensivos y camas UCI. Cierto que debió hacerse antes previendo la segunda ola, pero nunca es tarde hay que hacerlo ya, pues podría haber una tercera ola que no debe encontrarnos desguarnecidos.
Los médicos especializados en epidemias y salud pública, siguen demandando las pruebas moleculares, y se lamentan que no se hubiesen adquirido a tiempo, recordando que el ex presidente Vizcarra se negó a su compra aduciendo que eran caras, con olvido que siempre el costo de la curación es más oneroso que la prevención.
Penoso es verificar que los diversos países del globo, estuvieron desunidos y actuaron individualmente, sin exigir en la ONU un tratamiento colectivo y solidario en las adquisiciones de las vacunas, que debieron tratarse como bien público. Tarde, lamentablemente ya es muy tarde y, esto ha llevado a que exista una relación asimétrica entre los pocos laboratorios que producen las vacunas y todos los países que las requieren para su población. En la práctica no se negoció entre iguales, sino ante la prevalencia de la realidad, los laboratorios fijaron las reglas.
Si bien comenzaron a llegar vacunas, que hemos recibido y custodiado más que al oro del cuarto del rescate de Atahualpa, no descuidemos el lado asistencial.
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