Por: Antero Flores Araoz / Es penoso que haciendo agua nuestra administración pública en diversos sectores, lamentablemente solo se haya puesto correctivo en el Ministerio de Salud, con cambio que era urgente, pues el anterior titular, su pase por el Ministerio de la Avda. Salaverry fue catastrófico. Mucho floro y poca acción y, cuando se accionaba, con lamentables errores que paga todo el país, tanto en vidas como en recursos materiales.
No entendemos como en el Sector Educación, en que hay clamor ciudadano para cambios indispensables y urgentes, hasta ahora se mantenga al titular de dicho Ministerio en el cargo y, con varios funcionarios cuya convicción anti sistémica les sale hasta por los poros y, son los responsables de textos de contenido sesgado que dañan a los educandos.
Pese a existir mucha “ropa tendida” en el Ministerio de Educación, tenemos que deplorar que en el Congreso se haya interpelado al ministro con un pliego interrogatorio tan deficiente, haciendo imputaciones erradas respecto a algunas universidades licenciadas, que cumplen a cabalidad con los requisitos, mientras hay infinidad de observaciones que no se tocaron en otras.
En el tema universitario no podemos concebir como los parlamentarios se quedaron tan tranquilos con respuestas que desde lejos se veía que tenían el carácter de “mecidas”; como por ejemplo las diferentes normas de licenciamiento, evaluándose a las universidades para el proceso correspondiente, con trámites, requisitos y normas diferenciadas, que en realidad pudieron significar que con algunas casas de altos estudios, se fuere exageradamente riguroso e implacable, mientras con otros se pecaba de defecto, al ser tolerantes y hasta permisivos.
Tampoco entendemos que no se hiciere notar al jefe del sector, que cuando presidió SUNEDU, entre el momento que su Consejo Directivo recibió los informes de la entidad para su pronunciamiento y este último, era materialmente imposible que pudieren haber revisado, y menos leído, los respectivos expedientes.
Han pasado varios años y hasta ahora no se conoce el Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA) de SUNEDU y, aquí no pasa nada. Sin embargo, en lo que llama más la atención es que, ante la interrogación sobre el trato diferente a las universidades privadas respecto a las públicas, a fin de darse también a las primeras una segunda oportunidad para su licenciamiento como lo fue para las últimas, el ministro respondió que la igualdad es entre iguales.
Casi descubrió la pólvora, pero nadie le hizo notar que todas son universidades y deberían recibir el mismo trato como ordena la Constitución para actividades públicas y privadas. Con el criterio del ministro, si hay universidades pintadas en verde y otras en naranja, ya son distintas y deben tener tratamiento desigual.
En lo que se refiere a la educación primaria y secundaria, sea urbana o rural, el Presidente de la República anunció la compra de “tablets” para facilitar la educación a distancia. Han pasado varios meses y solo tenemos el papelón de no haberse adquirido ninguna, como tampoco poderse acreditar un debido entrenamiento a los maestros. ¡No hay derecho!
Es hora de cambio, sea por dimisión, remoción o censura. ¡Ya!
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