Por: Ántero Flores-Aráoz / Durante dos décadas, los peruanos y nuestro país, hemos sufrido las consecuencias del terrorismo asesino, que ha segado la vida de miles y miles de compatriotas, ha dejado huérfanos y viudas, así como personas gravemente heridas y hasta mutiladas, haciendo de su existencia un calvario, sin olvidar los inmensos daños materiales en bienes públicos como privados.
Basta recordar como la vocación asesina y destructora de los delincuentes terroristas, nos dejaban sin luz y agua, al volar torres de electricidad como plantas de tratamiento de agua, sin olvidar atentados contra iglesias y cuarteles, entre otras instalaciones.
Gracias a nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, que complementadas con las rondas campesinas y, gracias a la decisión política en los primeros años de los 90, entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que coordinaron normas de excepción para enfrentar la criminalidad terrorista, ella fue vencida y sus principales caudillos apresados, procesados y condenados a severas penas privativas de libertad.
Reconocemos si, que aún quedan rezagos de violencia homicida terrorista, ligada al narcotráfico, sobre todo en el valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM), en departamentos del centro del Perú, y en donde aún esperamos que de una vez por todas el Estado culmine su tarea con rigurosidad.
Al ser vencidas las fuerzas del terror, representadas por Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) y siéndoles dificultoso volver a la acción, ella la han variado por el adoctrinamiento a la población, especialmente a los jóvenes estudiantes que sin conocer a cabalidad la Historia, a veces creen la monserga terrorista que son luchadores sociales, que buscan salvar las diferencias sociales y hacer justicia a los menos favorecidos.
Pamplinas, lo antes expuesto es pura mentira y, es penoso que gente culta se deje engatusar, pudiendo señalar como ejemplo al ex magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hoy juez de la corte Internacional de la Haya, Dr. Antonio Cancado Trindale, quien en una sentencia expuso que los miembros de Sendero Luminoso tenían la mística de Juana de Arco. Falso de toda falsedad, no hay que confundir mística del bien con fanatismo del mal.
Los subversivos terroristas en su nueva táctica, se introducen en la sociedad civil para hacer sus prédicas y, como ejemplos, tenemos muchísimos, aunque basta reseñar una película financiada por el Estado, increíblemente a través del Ministerio de Justicia en que se promovió la imagen de Hugo Blanco, como luchador social, cuando todos sabemos la triste y penosa realidad.
También se infiltran en el Ministerio de Educación, donde en la curricula escolar incorporan el “Pensamiento Gonzalo” del asesino Abimael Guzmán y sus secuaces e, inclusive se las agencian para hacer lo propio por medio de personas desaprensivas, en el material audiovisual preparado por una seria y prestigiosa universidad, insospechada de proteger actitudes reñidas con los valores nacionales y morales y, que lo único que ha querido es colaborar con la educación escolar a distancia, durante la suspensión de la instrucción escolar presencial.
Con loable rapidez, tanto la Universidad con el MINEDU han retirado el material cuestionado, rectificación saludable, complementada con las respectivas investigaciones.
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