Por: Arturo B. Berdejo Vera // Honrados y ¿honestos? (II)

por | Dic 18, 2023 | Opinión

Compungido el señor Otárola que funge de premier, suelta estas palabras pues su pata del alma ha sido censurado por el Congreso. En efecto, el incapaz ministro del Interior fue censurado no porque haya sido captado como deshonesto o deshonroso, si no por ser un incapaz para el cargo—valga la redundancia –Con él, la delincuencia como si hubiera recibido bandera al tope para seguir avanzando. De tal ineficacia ha sido el señor Romero que hubo la necesidad de expectorarlo lo más rápido que se pudiera. Pero el presidente del consejo de ministros quiere imponer sus caprichos

Además, el señor Romero es el clon del otrora ministro del calzonudo Ollanta, un oportunista-un tal Pedraza quien permanentemente ofrecía sacar a las calles nada menos que die mil efectivos policiales. -No se vio ninguna acción que resaltar; que demostrara que se estuviera atacando a la delincuencia. Declarar tal o cual distrito o región en estado de emergencia significó el efecto contrario. Casi como que los delincuentes le hubieran enviado el mensaje: todavía estamos acá. Cusi cusá y… más cachimba.

A propósito de miles de efectivos el alcalde de Lima que ya está por redondear el año de gestión, siempre, desde que ganó las elecciones está comprando diez mil motocicletas. Necesita por tanto diez mil pilotos. Lo extraño es que habiendo despedido un buen número de empleados –contrasentido mayor—dizque la planilla estaba por explotar, los puso en la calle.

Tenía un escrito de otro tema en el que debía puntualizar que la mandataria sigue las pautas del gamberro Pedro Castillo.  Sin embargo, voy hacer un paso muy breve, por ese tema. Se indigna igual: levanta la voz señalando a otros, responsabilidades de lo que a ella atañe; le gusta viajar y lo más crítico que aun levantando la voz y fingir amargura también usa al conde Lucanor, perdón, al duque Nicanor, su hermano, para que aquel ponga a quien le dé según ella, su regalada gana amigos en puestos de altas remuneraciones en la administración pública amén de conseguir aportes millonarios para amigos alcaldes y otros.

Sólo falta saber a cómo es la designación. Y cuánto ha sido lo recaudado por el contingente introducido por su hermanito en la administración pública.

¡¡Hombre!! Que se hace plata… ¡Se hace! El asunto es si es honrado y honesto ¿No señor Otárola?

Para eso se ingresa a la política diría una referente aprista, y les dio la pauta a estos hambrientos ganapanes remedo de políticos. La doña sigue a flote en una balsa lista para irse a pique. De yapa si eso sucediera sería mejor que se lleve al de Defensa, a Otárola y todos los que le hacen el bajo, sabiendo que desafina, consintiendo todas sus malas acciones, como pretender succionar al Estado una monstruosa indemnización por dejar el trabajo en la Reniec. Que no le pagaron el pintado de cabello; que la podóloga no le arregló bien los juanetes y las uñas. Que ha gastado ingentes cantidades en arreglar su fino cutis.  Que los panetones que le dieron no tenían pasas. Que eran de carretilla y eso… se lo tenían que pagar.  Mejor aquí abreviamos pues la lista es de lo más ridículo y aprovechado de una mandataria en funciones insista a que los peruanos le paguen sus exquisiteces. Eso es abuso de poder.

Finalmente, en esa feria de regalo de bonos insiste en ignorar a las FF. AA y PNP Se ve la malévola ignorancia, la mano del sinuoso e hipócrita caviar, premier.

P.D. No ha trascendido si en el pleno a la hora de ver lo concerniente al presupuesto de la nación se haya aprobado o no que por justicia corresponde a las FF.AA. Gestión que le cabe al almirante y congresista, Jorge Montoya, desde enero del presente año.  Otárola se muestra indiferente. El del MEF…no dice ni pío.

Agrego que no entiendo por qué y la razón que les asiste a esos llamados “Coraje” que por figuretismo van al Congreso a interferir lo que de acuerdo a los formas y pegados a la ley viene gestionando el congresista Jorge Montoya. Y… ¿a dónde fueron y escogieron para “elevar seudos reclamos”?

Fueron para conversar con un ignoto congresista; un mudo congresista sin ningún peso específico en el Pleno o cuanta sesión hay o haya en el Hemiciclo. Solo fue para decir: miren hemos ido al Congreso.  Por favor…


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