Para este gobierno incapaz, la presidenta, segunda del corrupto Pedro Castillo, echa mano de lo más álgido de lo que sufre la población para persistir testarudamente en mantenerse en el cargo, aún a sabiendas de que el 95% de la población le ha dicho: Vete, no te queremos, cifras que no le significan nada.
Todo le sirve. Digiérase que fuera una eximia recicladora de los desbarres de sus ministros. Lo que esos mal hagan o deshagan le sirve como algo positivo.
Todo sirve aunque fuera la penosa situación de los afligidos deudos de niños o niñas violentadas sexualmente y vilmente asesinadas.
Se sube al podio para relanzar con atropelladas frases simulando indignación: “que estamos luchando contra la corrupción denodadamente”.
Que la ministra de la mujer abandone las funciones que le encarga la cartera para, en cambio, defender la nariz de su patrona y descuidar el cargo para el que fue nombrada. De eso se ufana la mandataria de su muchacha para el cargo.
Pero si alguien criticara a su inútil e ineficaz secretario del Interior al que pomposamente llaman ministro—él se lo cree—sale ella como ya se dijo con fingida indignación agregando para su cosecha: “Estamos trabajando arduamente para acabar con la corrupción y la criminalidad”.
Lástima de esas falaces frases; los hechos la desmienten, el cinismo le explota en plena cara, sin considerar que la nariz ha sido recientemente modificada. No hay captura de ningún gamberro fugado. Más bien la población ya quedó convencida que la ayuda para los fugados llega de palacio.
Santibáñez para ese caso, queda satisfecho por la orden de no hacer nada. Con lo que confirma que él es un fiel muñeco de la reina. Que el de educación diga cualquier barbaridad o cometa feroz injuria contra gente humilde, ella vuelve a subirse al podio para defender al adulón.
Que la ministra de la mujer abandone las funciones que le encarga la cartera para, en cambio, defender la nariz de su patrona y descuidar el cargo para el que fue nombrada. De eso se ufana la mandataria de su muchacha para el cargo.
A un coronel, del que tirios troyanos hablan en favor y en contra, ella, la mandataria esgrime el machete para vengarse y cortar su cabeza. Que no persigan a mi hermano, es la consigna; a ese coronel que me rompió la puerta, bótenlo. Ya está. Obediente el del Interior.
Sin embargo, dado el calor que le prodigan los de Fuerza Popular y plata como cancha, la doña se ha empinado como prepotente y “pechadora” de pueblo joven y no hay día que no salga a pechar a otras instituciones.
A la fiscalía “le exijo” … ¿Cómo? Dónde está el respeto que dijo tener por las instituciones.
Sin embargo, los inteligentes que aconsejan a Dina Boluarte y a su guachimán del interior redactan unos contrasentidos de almanaque: Se les pasa al retiro porque tienen muchas arrugas, punto. A continuación el Estado les da las gracias por los excelentes servicios prestados a la nación. Je, je, y más je je
Una más: los doctos juristas tanto como los soplones y adulones quieren rebatir que la mandataria no tenía por qué dar parte o pedir permiso o por lo menos comunicar al Congreso que se ausentaría.
Como cualquier pelafustán aducen, muy sabiamente: ¿Dónde dice que lo tuvo que hacer? – y el remate: ¿acaso está en la constitución? Firman los juristas desde sus asesorías gratuitas. (Pareciera que estuviéramos oyendo a los benjis y los portales, picapleitos “de grandes figuras”).
Y de mi cosecha digo que hace mucho sugerí que estando así la mentalidad de los arrabaleros del callejón, debieron legislar hasta por que el ensotanado no se chupe todo el vino de la misa.